Gwen Stefani pudo ser perfectamente la culpable que tiempo después que se casara –y divorciara-, el estilo que escogió para su vestido sea ahora una tendencia de lomo y tomo. John Galliano como Director Creativo de Christian Dior, le confeccionó un traje en blanco con toques de color rosa en degradé, que se transformó en uno de los vestidos de novia más inolvidables de las famosas y ahora, en toda una tendencia que llena las propuestas de este año.
Los vestidos de novia ombré o dip dye demuestran que cada vez es más amplio el gusto por plasmar la individualidad en momentos tan ceremoniosos como lo es una boda. Ahora, el blanco u otros tonos pueden combinarse con muchas variedades de estilo, consagrando no solo el escote o el largo de la falda a una elección especial, sino también el tinte del ruedo. Marcas como Wai-Ching y Naif Dresses ya tienen varias opciones bajo el estilo, aunque los diseñadores más reconocidos también se han atrevido con el vestido de novia ombré.
Libaneses como Tony Ward y Elie Saab han mostrado estilos románticos, elegantes y hasta modernos con la base ombré. Christian Siriano, Blumarine y otras inspiraciones de pasarelas vienen directamente a conectarse con la tendencia, aunque quizás en Internet y los tableros que llenan referentes para novias sea el lugar donde más se repite la idea de dar con un vestido ideal con un toque vanguardista, dentro de los cuales el dip dye o teñido al compás de una degradación de color (que parece untado en las puntas), gana terreno de manera amplia.
Fotos: Weddingbees, Pinterest, Blumarine, Wai Ching,
