El año 2006, se estrenó una de las películas sobre moda más populares y entrañables de todas. Siguiendo la historia de una periodista que quiere hacer carrera en Nueva York, no sin antes tomar el camino largo y lanzarse como asistente de una poderosa editora de revistas, “El diablo viste a la moda” o “The devil wears Prada” saltó desde los libros hasta la gran pantalla con un éxito que aun la sigue pasando en distintos canales televisivos y con más de alguna lección sobre este mundo, siempre percibido como frívolo.
Anne Hathaway era la mujer desinteresada en cualquier acción superficial, incluyendo estilo en ropa, pelo y zapatos. Meryl Streep fue su némesis, una especie de Anna Wintour/Diana Vreeland que la empuja de alguna manera a intentar cosas que antes no tomaba en cuenta: con este trabajo, Andie pule su look, se interna en una máquina de eficiencia excesiva pero también, descuida su vida personal. Tal como muchos que enfrentan por primera vez el competitivo mundo del trabajo, en esta película podemos ver cuáles son los extremos de muchas de las tareas aceptadas por jóvenes graduados, los cuales no solamente se mantienen en el mundo de la moda. El toque de humor y el personaje que se robó la pantalla, sin lugar a dudas, lo dio Emily Blunt como Emily, la seria asistente de Miranda Priestly, el personaje de Streep.
Además de internarnos de alguna manera en el funcionamiento típico de una revista de moda –la película nos mostró desde reuniones hasta el procedimiento de recopilar prendas, realizar editoriales y eventos-, cada personaje mantenía su propia dicotomía entre vida personal y laboral, una que nos puede relacionar a todos. Potenciar la carrera por sobre la vida amorosa, alcanzar logros por sobre otros y dejar atrás los sueños en pos de un cambio de personalidad, son algunas de las lecciones que se mantienen escondidas en esta entretenida y liviana película, que para muchos forma parte de las imprescindibles del inventario fashion. Y por si fuera poco, aparece una de las escenas más recordadas de los últimos años, con Miranda demostrándole a Andy que a pesar de su rechazo frente a las tendencias, siempre de alguna manera la decisión propia está influenciada por editores y diseñadores.
Fotos: Fanpop.
