Imágenes por Daniel Hermosilla
Un maestro del bordado en Alta Costura y de las diferentes técnicas que se ocupan en el Teatro Municipal de Santiago para crear los atuendos de los personajes principales de sus obras, es el camino que el diseñador teatral Marco Jerez ha logrado construir en más de 20 años de carrera dedicada única y exclusivamente a este rubro. Su pasión gira en torno a las infinitas posibilidades que hay de combinar colores, técnicas y motivos en hilo, marcando un estilo propio, y perfeccionando un arte que luego de tantos años de experiencia, lo llevó a ser el encargado de bordar el nuevo logo del Teatro Municipal, luego de que el terremoto del 2010 destruyera el anterior.
-¿Cuándo se inició en el mundo de la alta costura y por qué?
-Empecé estudiando Diseño Teatral en la universidad y como tuve ramos de bordado, ademas de experiencia en bordar, decidí unir las dos cosas: diseño y bordado. Por otro lado, como el teatro no me daba el ingreso suficiente, me dediqué a la alta costura. Eso fue en 1994, que para la época era algo bastante difícil porque era un negocio que estaba manejado solo por mujeres y de repente aparecí yo, con mi chaqueta de cuero y mis botas vaqueras. Algunas personas me creyeron y me dieron la oportunidad de perfeccionarme y así empece a trabajar.De a poco fui creciendo hasta que armé mi taller, llegué a tener hasta 10 personas en el taller, pero al final decidí seguir solo por problemas de compatibilidad de carácter. Con el pasar de los años me puse a experimentar, y me fui quedando con clientes que aceptaban ideas (porque habían otros que eran muy puristas). Mi sello siempre han sido las cosas clásicas, como el Renacimiento. Siempre mis bordados tienen algo de renacentista, ése es como mi sello. Si yo hubiese nacido en el Renacimiento, hubiera sido millonario, pero no fui.
-¿Quiénes fueron los referentes que lo inspiraron en aquellos años?
-Mis referentes siempre fueron europeos, siempre tuve los ojos puesto sobre lo que se hacía en Milán y en París. Me di cuenta que en Chile había una carencia importante de desarrollo en el bordado y de ahí en adelante empecé a mezclar todas las técnicas que conocía, junto con todos los tipos de diseño a través de la historia. Empecé con Barroco, luego Rococó; pasé mucho por toda la época imperial y lo fusioné con cosas modernas… eso fue lo más entretenido.
-¿Cuáles han sido los grandes hitos de su carrera como diseñador teatral y como bordador de alta costura?
-Como diseñador teatral participé en varias obras que se realizaron en el teatro de la Universidad Católica, en el de la Universidad de Chile y sobre todo, en el Teatro Municipal de Santiago, donde me quedé trabajando en ópera, realizando los diseños de los cantantes. Hoy, gran parte de los bordados y vestimentas que realicé para aquellos años, están repartidos por el mundo entre museos o compradores, y eso me tiene muy orgulloso.
Mi trabajo más importante hasta el momento fue hacer el logo del mismo Teatro Municipal, después de que el terremoto del 2010 destruyera el anterior. Fue un trabajo de 3 metros por 60 de diámetro y está ahí puesto. Además, va a estar por lo menos por 150 años más, por lo que puedo decir que, si bien no tuve hijos, tengo el logo del Teatro Municipal y eso me tiene muy contento.
-¿Quiénes son sus grandes referentes en el mundo de la alta costura internacional?
-Definitivamente Yves Saint Laurent. Me gustó mucho su sobriedad, su estilo, su ímpetu y su fuerza. De quienes están vivo hoy, diría que Michael Cinco, que es uno de los diseñadores que utiliza más bordados, y Elie Saab, él me identifica completamente, tiene fuerza, tiene sutileza, él puede viajar del romanticismo a la cordonería pesada y luego caer en flores sutiles. Es un trabajo maravilloso que influencia de una manera increíble. Es imposible abstraerse de lo que está sucediendo en el mundo, y ellos serían los que a mi más me influencian.
“El trabajo teatral realmente es maravilloso, la posibilidad de viajar en el tiempo lo encuentro increíble. Tu puedes trabajar realmente pensando en la época, usando materiales y técnicas de época, y luego ver eso en una escenografía, lo que es fascinante. Es una cosa que da cosquillas en la espalda”
-¿Cómo ve la escena de la alta costura y los diseñadores chilenos actuales? ¿Hay algún nombre que usted personalmente destaque?
-Siento que el nivel de desarrollo creativo está muy audaz, está mucho más entretenido. Hay menos competitividad y cada uno está enfocado en lo que realmente quiere proyectar, o sea, no hay tanta imitación y a nivel de gremio no existe el vicio de antes, que era ser parte de una industria muy competitiva y ególatra. Hoy hacen colaboraciones en conjunto, dando a conocer distintos actores y especialidades.
En cuanto a personas que en este momento sienta que destaquen en la alta costura, definitivamente están: Rodrigo Valenzuela, quien posee una propuesta muy interesante, definiendo y readecuando su lenguaje propio; Patricio Moreno, que en este momento también está mucho más integrado con grandes creaciones; y de los antiguos, Ricardo Lavin y sobre todo, Luis Covarrubias, que es el más antiguo. Me da mucha pena que los diseñadores más jóvenes ni siquiera conozcan su nombre, pero es una persona que ha dado un gran aporte a la moda chilena y que incluso obtuvo el reconocimiento de la revista Vogue francesa. Obviamente que mi gusto por ellos está inclinado porque son personas que trabajan en alta costura pura, el resto son mezclas más modernistas con autores que tengo poco contacto, pero de lo nuevo considero relevante a Claudio Mansilla. Otra persona más nueva es César Ledesma, de La Serena, un cabro joven, muy bueno y con mucho talento, él tiene escuela colombiana y siento que le va a ir súper bien.
-¿A quiénes ha “apadrinado” para enseñarle técnicas de bordado y alta costura? En una entrevista a Quinta Trends menciona que hace clases gratuitas y que su sueño sería tener un atelier lleno de aprendices.
-Hasta el momento no he apadrinado a nadie, sí en mi interior existe la necesidad imperiosa de poder transmitir todos mis conocimientos. Todo el mundo me pide que dicte cursos, que oriente, pero la verdad es que eso me entusiasma poco porque va a ser usado como anexo. Yo miro mi trabajo con un poco más de respeto, tendría que ser una persona que realmente se quiera dedicar a esto, con la imagen de un atelier de bordados.
Respecto a las clases, a todas las personas que me siguen en Facebook, por ejemplo, y que me hacen preguntas, yo les voy dando tips por interno y consejos hasta con videos. Tengo un montón de alumnos virtuales, contesto todas sus preguntas y estoy muy orgulloso de eso porque siento que las personas están muy agradecidas. Tengo seguidores que me preguntan desde Rusia, varios de países de Europa, como Suecia, y mucha gente de provincia aquí en Chile.
-¿A qué se dedica actualmente con su Atelier? ¿Realiza otros trabajos de manera paralela?
-En este momento solo me dedico a trabajar en lo que son los atuendos para los personajes principales del Teatro Municipal y en alta costura. En esta última busco, creo, invento y desarrollo técnicas para mostrar nuevos estilos.
Yo vivo del bordado y eso da para vivir. Hay que ser bien meticuloso, trabajador, responsable y profesional, pero eso va a ser bienvenido, tanto en bordado, como en cualquier otra actividad. Yo vivo de esto desde que empecé y nunca he trabajado en otra cosa.
-Después de tantos años en la industria, ¿qué espera de la alta costura para nuestro país?
-Lo que espero es que siga, que la opción de los institutos y de las entidades que enseñan costura y diseño de vestuario, den más énfasis en lo que es alta costura. La mayoría de los chicos que estudian se van por áreas alternativas, lo que no tiene nada de malo, al contrario, es un gran aporte, pero el hecho de que la alta costura sea solo un ramo y no una carrera, y que solamente se vea de forma parcelada a grandes brochazos, sin historia y sin aprender, obliga a desviar la atención por desconocimiento.
Este es un arte que no debería morir y no es justo que técnicas tan maravillas se vayan perdiendo solo por falta de instrucción en las instituciones educacionales. Hay proyectos, y conozco profesores que en estos momentos están tomando más en serio la situación, y que van a aumentar las ganas de fomentar y enseñar lo que significa la alta costura. Al final se trata de un asunto de proyección y de tratar que el público que consume alta costura, que no es poco, lo haga de diseñadores chilenos y no comprando afuera.
Imágenes por Daniel Hermosilla