Así como la cosmética puede cambiar por completo el rostro de una persona, por estos días un virus está modificando la industria del maquillaje. Potenciar el ecommerce, digitalizar, invitar a los consumidores a lucir bien en casa y dejar de lado la superficialidad asociada al área, son parte de las medidas con las que hoy las empresas luchan con tal de no presentar cifras negativas.
Por Kevin Cortés y Gabriela Ospino
“Cambia, todo cambia”; eso es justamente lo que está pasando en el mundo y también en el sector cosmético. Las principales tiendas de maquillaje cerraron sus puertas, las escuelas pasaron de las clases presenciales a las online y muchos makeup artist guardaron sus brochas a raíz de las medidas, que incluyen el distanciamiento social. Pese a esto, el COVID-19 no ha detenido del todo la industria de la belleza, y es que quienes la conforman han sabido reformular el comercio, las estrategias de difusión y el trabajo en sí, permitiendo mantener el sector y los cosméticos como lo que habían demostrado ser hasta antes de la pandemia: “importantes productos de consumo”.