Recibimos vestidos usados a consignación (tú le pones el precio) y lo volvemos a ofrecer a través de nuestras plataformas para que, una vez vendido, te paguemos dicho valor.
¿Por qué lo hacemos? Porque somos conscientes de la necesidad de reutilizar y de ahorrar: un vestido guardado es un vestido olvidado.