¿Se imaginan una camisa que pueda cambiar de color para adaptarse a la necesidad del usuario o, para los deportistas, un buzo que reconociera una caída, endureciéndose para evitar lesiones? Para que sepan, esto no es mera ciencia ficción ni ideas sin sustento. La nanotecnología ha hecho posible la producción de este tipo de prendas que, en un futuro no muy lejano, podrían empezar a producirse en serie. En algún tiempo la ropa dejará de tener fines puramente estéticos y pasará a ser una herramienta para solucionar algunos inconvenientes de nuestra vida diaria. Tal parece que la ropa del futuro no era como la de los supersónicos…por suerte.
La investigación textil no se detiene y valiéndose de la nanotecnología ha desarrollado el uso de prendas funcionales que ayuda a sus usuarios incluso a solucionar problemas médicos. Por ejemplo, un paciente diabético podría controlar sus niveles de glicemia a través de diminutos dispositivos incrustados en las fibras de su ropa que le permitiría saber cuándo debería prestar atención a la concentración de azúcar en su sangre. Varios científicos de diversos centros y y organismos (como el MIT y Nano-tex) se encuentran actualmente desarrollando y mejorando estas nuevas tecnologías que pretenden revolucionar el mercado de la moda.
La nanotecnología no tiene una definición precisa, tal vez por que es una ciencia multidisciplinaria, pero lo esencial de ella es que manipula la materia a niveles invisibles al ojo humano. Con ello, en definitiva, se podría imprimir determinadas características al vestuario de acuerdo a las necesidades del usuario. Así, podríamos comprarnos, por ejemplo, un abrigo que con el movimiento de nuestros pasos genere energía y nos supla de lo necesario para hacer andar nuestro Ipod o una polera que no se manche con el típico ketchup o un jeans apperrado que no necesite de lavado y se autolimpie.
Algunas marcas que ya utilizan tecnología nano en la fabricación de su indumentaria son Dockers, Nike y Ralph Lauren. Gracias a ello, el más afamado golfista mundial, Tiger Woods, puede presumir que sus pantalones blancos repelen el café, el vino, la salsa de tomates y, por supuesto también el agua les resbala. Las nanofibras agregadas por estas marcas a sus productos tienen entre otras propiedades la capacidad de absorber los rayos UV, funciones antibacteriales, antivirales y antiolor.
Al parecer, las posibilidades son infinitas. Yo quiero un sweater muy delgado para este invierno pero con propiedades térmicas para mantenerme calentito todo el día. ¿Qué quieren ustedes?.