Una técnica artística que encierra la ilusión óptica como centro de una obra, también fue capaz de inspirar a una de las más grandes diseñadoras de la historia. Elsa Schiaparelli siempre impulsó la unión entre moda y arte, tal como después lo haría Yves Saint Laurent, y en 1927 creó un sweater que utilizó el trompe l’oeil al crear la ilusión de un lazo, convirtiéndose en la pionera del estilo.
En 1966, Yves Saint Laurent quiso homenajear al pintor Tom Wesselmann lanzando una serie de vestidos que unieron el púrpura y el rosa, y que hicieron del “engañar al ojo” una verdadera técnica de la moda. Otro ejemplo bullado fue el de la diseñadora Stella McCartney, quien creó una serie de vestidos que arrasaron entre las famosas y Maison Martin Margiela for H&M, que creó un top con sostén exterior. Pero no solo ropa aparece bajo este esquema: el 2010, la marca Miu Miu lanzó los muy populares botines que combinaron brillos y la ilusión de una media, mientras Céline quiso homenajear a la propia Schiaparelli con unos botines de uñas pintadas.
La ropa tejida parece ser la más ideal para aplicar esta técnica, y así lo han demostrado diseñadores como Sonia Rykiel, quien siempre tiene vestidos y chalecos con el look. En los ’60, los chalecos del inglés John Carr marcaron el mod para hombres y mujeres, mientras hoy Moschino y Little Marc Jacobs también han implementado sus propios modelos. Este dúo es el que tiene los modelos trompe l’oeil más similares, con un modelo tejido de cartera cruzada. Pero son las prendas de la propia Schiaparelli las que siempre se destacan a través de guantes y abrigos inspirados por diferentes artistas, y en homenajes posteriores, la firma brasilera Neon ha dejado su propio legado para la colección otoño invierno 2011.
