Superhéroes, figuras religiosas, trajes de siglos pasados y un aura de misterio encabezan la utilización de las llamadas capas, esas prendas que se llevan encima de vestidos y cualquier otra tenida amarrada al cuello o abotonada completamente. Las capas tienen su origen, como varias otras prendas, en la cultura romana o griega. Fue allí que se desmembró el uso de la misma y se transformó incluso en un vestido; sin embargo, con el pasar de los siglos, fue Elsa Schiaparelli la que compuso la colección bordada art decó más espectacular de la moda contemporánea, y le dio un lugar a la capa dentro de la alta costura.
El modelo más reconocido de capa de la marca Schiaparelli, es el Apollo of Versailles de 1938; un gran manto de color oscuro recibe a una espalda llena de guiños dorados, solo como la diseñadora italiana podía hacerlo. La prenda estuvo siempre presente a lo largo de su carrera, y por ello quizás muchos diseñadores optaron por vestir a las asistentes bajo este mismo estilo, cuando la gala MET 2012 le rendía homenaje precisamente a Schiaparelli. Sin embargo, la capa también evolucionó hasta convertirse en una prenda de uso diario, confeccionada en lana y otros materiales tal como mostraba Madame Grès en los ’60, o los modelos más drapeados y originales de Comme des Garçones durante los ‘80.
Durante el siglo XIX, la capa también fue popular entre los asistentes a la ópera, y a lugares donde el lujo debía ser demostrado a través del atuendo. Junto a los guantes, constituían casi el uniforme de la elegancia, y hoy a través de diversas colecciones, vuelven las capas con una variante tipo vestido; abiertas a los lados para poder sacar los brazos. Sin embargo, fue la gala MET de este año, el momento que marcó el regreso en grande de esta pieza: con Bianca Brandolini en dorado Dolce & Gabbana, Lana del Rey en un modelo tradicional de Altuzarra, Maria Grazia Chiuri en Valentino y Linda Fargo con un diseño de Naheem Khan, que homenajeaba a través del fucsia y la capa con bordados dorados, a la propia Schiaparelli. Sin embargo, el boom de la utilización de capas durante este año lo comenzó Gwyneth Paltrow, al aparecer de blanco radiante durante la ceremonia de los Oscar, en un modelo Tom Ford.