Cuando nos levantamos por la mañana, una de las prendas que salta de inmediato de nuestro cajón, es el sostén. El nombre “sostén” proviene de un devenir de palabras, al igual que sus antecedentes históricos ya que muchos han colaborado en su existencia, patentando una y otra vez su nacimiento.
La palabra brassière proviene del francés y es empleada desde el siglo XVII para significar el escudo que usaban los soldados, el cual colgaba desde los brazos. Entonces, esta palabra vino a significar cualquier clase de arnés asignada para la parte superior del cuerpo. Desde el siglo pasado, la palabra corpiño figura como otro sinónimo de brassière y comienza a identificarse como el nombre de esta prenda femenina, para sostener el pecho. No se sabe con exactitud cómo estas palabras se conectan. Algunos atribuyen dicho término a la revista Vogue en 1890 y otros señalan que el término fue acuñado en 1902 por Charles Debevoise, quien sería el inventor de esta pieza de lencería, según el almanaque Mundial.
Respecto a la construcción y apropiación de la prenda, una de las primeras apariciones históricas del sostén, se remonta hacia el año 1889. Hermine Cadolle, tomó las formas básicas del corsé y las aliviano para que su uso fuera más reconfortante, debido a que éste sostenía el busto desde abajo, apretándolo. Entonces, tomó la parte superior para sostener el pecho, apoyado por los hombros. La mitad inferior seguía siendo un corsé, brindando forma a la cintura y la parte posterior. Cardolle nombró esta prenda de dos piezas “le bien-être”, que en español se traduce por bienestar.
En 1907, una mujer llamada Mary Phelps Jacob, aburrida del corsé y haciendo uso de su ingenio, utilizó dos pañuelos, una cinta y un cordel, logrando así cubrir y sostener sus pechos. Patentó el 3 de noviembre de 1914 su invento, bautizado como “Backless Brassiere”. A poco andar, su empresa quiebra, vendiendo su negocio y patente a Warner Brothers Corset Company, quienes por tan sólo 1500 dólares, se apoderaron de un legado que les daría millonarias rentas en un futuro.
La expansión del sostén, es propiciado por un fenómeno totalmente ajeno a la necesidad de mostrar senos mas erguidos y con mas estructura. Éste fenómeno se remonta a la integración de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial. El gobierno hace un llamado urgente a todas las señoras y señoritas a que donen sus corsés metálicos, para construir naves de guerra. En total, se recaudan 28.000 toneladas de metal, liberándose también 28.000 mujeres del yugo del corsé.
En días como hoy, encontramos múltiples formas, diseños y nuevas texturas para sostener nuestros senos y modelarlos a nuestro antojo. El mercado ofrece modelos que nos acompañan a la hora de hacer deporte o bien nuevas formas que realzan el busto y otros con increíbles diseños, que apetece mostrar y también sacar de vez en cuando.