En febrero de este año, una leyenda de la moda nos dejaba. La elegancia, una época que cimentó la historia propia del vestuario y por supuesto, la tradición de unir sus propuestas con una figura famosa, simbolizó el famoso diseñador francés Hubert de Givenchy. Pensar en Audrey Hepburn jamás habría sido lo mismo sin sus diseños y por lo mismo, la esencia de la icónica actriz también estuvo presente en un hito para la casa Givenchy: la colección tributo a Hubert que Clare Waight Keller orquestó para celebrar la temporada Haute Couture F/W 2018.
Con una pasarela en blanco, cerrando el desfile con la canción “Moonriver” de fondo, las claves de este show se abrieron en distintos momentos que seguro resultarán inolvidables, sobre todo porque la moda de hoy carece fuertemente de esa elegancia moderna que fue capaz de imponer Monsieur Givenchy. Entre pantalones deportivos, chaquetas de extra volumen estampadas y locuras, los trajes de noche, las plumas y brillos de Keller en esta colección parecen sacadas de otro mundo. No por su originalidad, sino porque por primera vez después de tanto tiempo, parece algo fresco.
Con esta colección, Keller aparece como una de los mejores aciertos de la llamada silla musical que vive la industria hoy. Su puesto como Directora Creativa en Givenchy la lleva a destacar, no solo por convertirse en la primera mujer en liderar dicha marca, sino también por atreverse a reinventar un archivo que es sin lugar a dudas intocable, pero que logró interpretar con su propio toque y por supuesto, con algunos ineludibles #ItsNotTheSameButItsTheSame. Pero eso fue parte de su propio amor hacia la casa, hacia la figura de Hepburn en “Funny Face” y tantos otros momentos que hoy albergan museos y recuerdos.