Natalia Godoy, una de las tatuadoras chilenas del momento

Sentada en su escritorio terminando el dibujo de un tatuaje minimalista para una finlandesa. Así encontramos a Natalia Godoy, una de las tatuadoras chilenas del momento. Su juego entre la simpleza del puntillismo y las líneas, junto con la dificultad y rigurosidad de hacer un dibujo que será parte de la vida de otra persona, es la mezcla que le ha hecho que muchos prefieran su trabajo, el que realiza hace más de dos años en el estudio MANTRA.

“¿Quieres que sea más grande o no?”, le pregunta Natalia a una mujer rubia de ojos claros que decidió hacerse una rosa en su antebrazo. Al parecer todo estaba perfecto, porque la tatuadora empezó a cubrir con plásticos la lámpara, mesa, máquina, cable, entre otros implementos. “Ahora vamos a empezar”, dijo. Era el segundo tatuaje de la finlandesa, el primero con máquina. Ella estaba un poco nerviosa, pero la artista la tranquilizó de inmediato conversándole y dándole la seguridad que ella necesitaba.

“La primera vez que hice un tatuaje fue porque un amigo me dejó probar en su pierna”, dice. Además cuenta que la mayoría de sus colegas comienzan haciendo dibujos en naranjas para no correr riesgos. Sin embargo, para Natalia todo fue distinto, al parecer sus amigos confiaban en que algo bueno saldría por su notorio talento, el que fue desarrollando mientras estudiaba Arte en la Universidad Católica.

Cuando la gente imagina a una artista de este tipo probablemente piensa en una persona llena de tatuajes, con expansiones y piercings. Natalia no es así, tiene seis tatuajes pequeños, ninguno grande, menos extravagante. Eso refleja no solo su personalidad, sino que también su forma de trabajo, sus gustos, los que parecen ser importantes a la hora de confiar en un tatuador.

-¿Qué significa hacer un tatuaje para ti?

El hacer un tatuaje para mi, además de hacer una marca en la piel, es marcar un contexto determinado en la vida de una persona, en su historia, con algo visual y con el significado que esta imagen puede tener. Por ende siempre intento de que este proceso sea personalizado. El conversar con el cliente, escuchar el por qué, etc. Para mi, también es totalmente valido que un tatuaje no tenga un significado específico, porque siento que al ser algo visual ya de por sí puede decir muchas cosas. Cualquier marca en la piel de otra persona, tiene un significado en una vida, por el momento del tatuaje, la persona que te lo hizo, etc, son cosas que no desaparecen del tatuaje mismo ni de la persona.

-¿Cómo llegaste a ser tatuadora?

A los 17 me hice mi primer tatuaje que era un dibujo mío muy lineal en la costilla. Un año después me volví a tatuar y después acompañé a mi hermana a tatuarse y la tatuadora era una mujer que había estudiado arte. Contó como empezó y dije como “ah podría hacer lo mismo”. Fui un día al centro, me compré la máquina. Conocí a gente que también estaba empezando entonces compartíamos conocimiento. También me metía a internet y así aprendí.

– ¿Cuál es la parte más difícil de hacer un tatuaje?

Yo creo que hacer los diseños según como se van transformando en el cuerpo, porque cambian. Al hacerlo, al cicatrizar con el tiempo, con los años, la piel cambia y los tatuajes se van agrandado. Al hacer el dibujo me salen todas esas cosas. Hacer un tatuaje no es solo hacer el dibujo, no es tan simple como dibujar en la piel. Eso se aprende con años de experiencia.

-¿Qué es lo más raro que te han pedido hacer?

No me han pedido cosas tan extrañas que no me guste hacer, pero quizás dentro de lo excéntrico me han pedido un tatuaje en el trasero.

– ¿Cómo es el proceso de hacer un tatuaje?

Yo lo hago personalizado. Ellos me dicen la idea y yo les hago el dibujo. Después nos juntamos el mismo día del tatuaje y según la idea les tengo un boceto, ellos me dicen, me gusta esto, sácale esto, ponle esto, etc. Y ese día lo dibujo bien. Luego viene la parte del stencil, ver la posición en el cuerpo y hacer el tatuaje.

– ¿Crees que no ser el estereotipo de tatuador te hace llegar a otro público?

Sí, no sé si me gusta o no me gusta eso. Pero también por ejemplo, el otro día conocí a un tatuador que no tenía ningún tatuaje, él no conoce el dolor del tatuaje. Así que no tiene nada que ver una cosa con la otra porque al final esto es arte.