El encanto de Jude Law apareció en la gran pantalla a principios de la década del 2000 a través de varias películas. “The Talented Mr. Ripley” (1999) fue casi la primera donde el bronceado casual, el estilo italiano de los años ’50 y los paisajes mediterráneos de fondo enmarcaron el atractivo de este inglés como ninguna otra cinta. Hasta que apareció “Alfie” (2004), el remake que el director Charles Shyer filmó basándose en la cinta del mismo nombre del año 1966, donde el protagonista era el entonces símbolo de los mod, Michael Caine. Mujeres, el Swingin’ London y el Nueva York más refinado se dieron cita en ambas oportunidades, las que contaban la historia de un hábil personaje que vestía de traje y exhibía con descaro su capacidad para enamorar a cuanta mujer apareciera en su vidas.
En el caso de Michael Caine, “Alfie” (1966) vino a reafirmar su condición de líder del cine inglés, gracias a otros éxitos como “The Italian Job” y “Get Carter”, donde también destacaba por su estilo. Marcas como Burberry y Prada se basaron posteriormente en la estampa de este famoso actor, y Jude Law recogió parte de la imagen original para el remake. Vestido de Oswald Boateng y Prada, las camisas rosa y los zapatos italianos reflejaron el espíritu arribista del chofer de limusinas que aprovechaba de encantar a mujeres con gran poder adquisitivo, mientras aparecía una que otra diversión en el camino. Para el Alfie de los ’60, fue la ex pareja de Paul McCartney, Jane Asher, la co protagonista más destacada junto a Shelley Winters. La colorina utilizó mini vestidos y trajes en color negro a lo Audrey Hepburn en “Funny Face”, en una época donde el propio beatle la acompañó al estreno.
Para el Alfie versión 2000, Sienna Miller brilló como la novia temporal de Law, dentro y fuera de la pantalla. Con un vestuario a cargo de Roland Mouret y un estilo años ’60 que la elevó a categoría de ícono de moda, varias revistas como Vogue y Vanity Fair alabaron su imagen. Luego de Alfie, el estilo y las tendencias boho chic renacieron, dando cabida a un ejército de jóvenes actrices vestidas con chalecos de piel falsa, botas largas y vestidos de segunda mano de marcas como Ossie Clark y Biba. Pero es el impecable look de traje con corbata delgada oscura el que se robó todas las expectativas en ambos casos, dejando en la moda futura masculina un prototipo bien vestido que aun perdura como ideal a seguir.
