Es verdad que la moda de los premios Emmy es muy diferente a las de otras premiaciones. Mientras los Golden Globe, y más aun los Oscar, muestran alta costura especialmente diseñada para impactar en la alfombra roja, la premiación televisiva de los Emmy siempre es un poco más discreta, aunque no por ello más elegante u original. Este fue el caso de la edición 2012 de los premios Emmy, celebrados este domingo en Los Ángeles.
El estilo de los vestidos revisados a través de la llamada “Red Carpet” – transmitida a través de varios canales de cable-, dejaba ver un look muy similar al que se lleva en fiestas de graduación; grandes faldas como las de Zooey Deschanel –quien nunca sale del mismo estilo a lo New Look-, brillos excesivos como el de Sofia Vergara o January Jones llevando un vestido de Zac Posen que hemos visto mil veces en otras como Coco Rocha. Las repetidas siluetas de telas brillantes y corsets también se hicieron presente, en vestidos como el Oscar de la Renta de Allison Williams, el Zac Posen de Kelly Osbourne o el Carolina Herrera de Ashley Judd. Y en algunos casos, ser demasiado avant garde le trajo malos frutos a Glenn Close o Hayden Panettiere, o elegir el vestido incorrecto para la silueta también lo fue para Lena Dunham de Prada.
Pero como en todas las premiaciones, hubieron excepciones; tenía que llegar la siempre destacada Nicole Kidman para arrasar casi como la mejor vestida con un modelo simple y bordado de Antonio Berardi 2013; Ginnifer Goodwin y Julianne Moore se atrevieron con el color intenso a través de un Monique Lhuillier y Raf Simons para Dior, respectivamente, mientras Lucy Liu y Kerry Washington brillaron en metalizados de Versace y Vivienne Westwood. Una de las que llevó otro modelo destacado fue Emilia Clarke con un Chanel Resort 2013, aunque entre varios diseños repetidos, malas elecciones de telas y modelos recargados de color y forma -como el de Archi Panjabi-, se extraña la originalidad de otras ocasiones.