Comienza a pegar fuerte no solo a la industria de la moda los desafíos de un sistema de manufactura más limpia, justa y sostenible en el tiempo, sino que a la gran industria de la joyería en el mundo entero.
“Dicen que en el mercado de piedras preciosas y joyas del siglo 21, los consumidores millenials quieren que los productos que compren tengan valor social y monetario”
Dr. Gaetano Cavalieri President of CIBJO, The World Jewelry Confederation
Al igual como hemos escuchado hablar que industria de la moda vive bajo la presión ascendente de los grandes holdings del retail textil y la demanda mundial extrema que debe ser cubierta a tiempo récord, atropellando derechos humanos, comercios justo y condiciones básicas, la industria de la joyería tampoco esta muy lejana de esto. Las minas de oro por ejemplo, el material más utilizado en joyería, ha provocado un tremendo golpe a las comunidades indígenas, generando el desplazamiento de territorio para explotar estas ricas regiones llenas del metal. La contaminación que genera el sólo hecho de producir oro es que las sustancias químicas de alta peligrosidad como el cianuro y el mercurio, utilizadas para su procesos de fabricación, contaminan de forma catastrófica nuestro medio ambiente.
El gran desafío de la industria de la joyería hoy y en los próximos años será posicionarse como un modelo de desarrollo sostenible, atrayendo así a una nueva generación de consumidores que esperan que las marcas que quieran adquirir estén limpias desde su cadena de suministro. Además, esa limpieza debe calar en la manera en que las firmas pretendan retribuir a las comunidades más afectadas la extracción de su materia prima para crear sus productos.
El mundo esta presionando, las ORG´s tienen sus ojos puestos en la industria que mueve cientos de millones de dólares anuales. Por ello, existen certificaciones muy exigentes para los productores, marcas y diseñadores de joyas. Una de ellas es el proceso Kimberley que trata de un certificado emitido por los gobiernos que tiene por objetivo evitar que los diamantes de sangre entren a la cadena de valor. Es un régimen de control de las exportaciones y de las importaciones de diamantes en bruto, es decir, que los países productores controlan la producción y el transporte de los diamantes en su estado natural desde la mina hasta el lugar de exportación y así evitar caer en el mercado negro y el contrabando.
Existe un organismo de esta área llamada The Responsible Jewellery Council es una organización de certificaciones y establecimientos de normas sin fines de lucro. RJC tiene más de 1.100 empresas que abarcan la cadena de suministros de joyas desde la extracción minera hasta el comercio minorista. Cuando una marca es miembro de esta organización es cuando la firma es constantemente auditada de forma independiente abordando temas de derechos humanos, las prácticas comerciales para los diamantes, oro y metales, el impacto ambiental, derechos laborales y todo lo relacionado a la cadena de suministros de joyas.
Tous, la famosa marca de joyería, hace unos días fue incorporada a la lista de marcas que respetan la fabricación, los derechos de los trabajadores y el impacto ambiental.
Al igual que nuestra querida industria de la moda, el sector joyero tiene mucho por hacer, pero vamos caminando hacia una sistema más responsable y lleno de nuevos valores.
Fotos: Pinterest.