Cuando cenicienta dejó su zapato atrás, para luego ser encontrado por su príncipe azul, estaba haciendo mucho más que sólo dejar un rastro para que su amado la encontrara. Ese momento marcaría el punto en nuestra niñez en el que por primera vez un zapato se transformaría en un objeto de deseo, y es que las princesas Disney —querámoslo o no— marcan parte importante de la formación estética de una niña. Los primeros vestidos vaporosos, largas cabelleras y zapatos despampanantes a los que nos enfrentamos son los de estas princesas que parecen siempre lucir perfectas. Si bien con el paso de los años esa imagen se va transformando y la fascinación por ellas va disminuyendo, hay quienes nunca dejan de considerarlas un símbolo de belleza e incluso estilo, y es por eso que Najeeba Hayat creyó necesario desarrollar una línea de zapatos inspirados en lo que las princesas de Disney usan, y así en como nace Liudmila.
Diseñados y producidos en las mismas fábricas que Chanel y Prada, los zapatos de Liudmila son el sueño que toda niña tuvo, pero en versión para adultas. Desde sandalias de caña alta hasta zapatos y ballerinas inspiradas en la época Victoriana, Najeeba decidió aferrarse de la fuerte tendencia de sandalias romanas —esas con varias correas cubriendo la pantorrilla que se han vuelto un éxito en las principales capitales de la moda durante este verano— y de las ahora popularizadas ballerinas, pero agregándoles un toque divertido y mágico que de alguna u otra manera despertará a la niña que todas llevamos dentro.
La línea catalogada como un “cuento de hadas moderno”, está inspirada en modelos victorianos con sensibilidad caricaturesca, apuntando al exceso de emociones, aventuras, color y brillo, pero no necesariamente buscando un resultado ultra femenino o con intención de despertar la nostalgia. En palabras de la propia diseñadora: “Mis zapatos no tienen nada que ver con la elegancia, sino más bien con la comodidad y la belleza. Somos una de las únicas marcas de zapato de lujo enfocadas en los tacones bajos. El futuro de la zapatería está ahí, en zapatos igualmente maravillosos, pero que no impliquen sufrimiento al ser usados”.