Lily Allen, la chica mala del pop británico posee un gusto singular por la moda y una línea de complementos y vestidos para la firma británica New Look, que responde al nombre de “What Lily Loves”. Así, con prendas sacadas de tiendas de Retail o del clóset de su madre o abuela, siempre llama la atención, tanto arriba como abajo el escenario.
Con un fanatismo declarado por Chanel y Prada, la cantante, a pesar de su ausencia en la industria musical en los últimos años, no desaparece del mapa, siendo su estilo y su música lo que la mantiene vigente y única hasta hoy. Los colores son quizás lo trascendental en el estilo de Lily: tonos llamativos y contrastados, rojos, verdes, turquesas, fucsias, amarillos, azules, o todos mezclados a la vez. Lily no teme dejar de lado el negro para vestir solo con electrizantes colores.
A pesar de poseer un estilo no restrictivo, sino más bien experimental y osado a la hora de combinar, posee un favoritismo por los vestidos amplios, que lleguen a la rodilla o hasta los pies, y con los que se atreve a combinar con zapatillas de lona o con tacos. Su estilo tiene algo de Pin-up y algo de retro inspirado en muchas ocasiones en la moda de los 50′ y los 70′. A la hora de elegir accesorios, opta por los lentes de sol grandes, los maxibolsos, accesorios llamativos en general y su siempre perfecta chasquilla, la cual caracteriza aún más su look total.
Rostro de Chanel, fanática de la moda y por supuesto compositora y cantante, con su reciente colaboración en la última canción de Pink, Lily Allen ha vuelto a las pistas de la música y de la moda.