Muchos dicen que la sensualidad es aun mayor cuando no se muestra mucho escote o piernas, sino que se insinúa algo. Pueden ser los hombros con ayuda de un vestido halter o un drapeado, pero cuando la espalda es protagonista, no hay mejor opción. Y así lo supo en los años ’50 la modelo y actriz Vikki Dougan, quien explotó en una época aun discreta su mejor atributo, con ayuda de un vestido que evolucionaría con las décadas.
Vikki fue apodada “La espalda” (The Back) al caminar por las calles con un vestido que poco dejaba a la imaginación ese lugar de su cuerpo. El fotógrafo Ralph Crane publicó en la revista Life una serie de imágenes con Dougan caminando por las calles con un ajustado vestido negro muy simple, que en su espalda llegaba al límite mostrando un broche. Por supuesto esto transformó a Vikki en una celebridad y todo fue muy premeditado: Crane mandó a confeccionar tres vestidos similares para maquinar esta estrategia que sin lugar a dudas, dio resultados.
En 1972, el diseñador francés Guy Laroche desempolvaría esta estrategia dándole vida a una película: “Le grand blonde avec une chaussure noir”. En ella, Mireille Darc aparecía con un traje negro largo con mangas, que de repente se transformaba al revelar la espalda acompañada de una cadena dorada. El vestido aun forma parte de los más recordados e influyentes de la historia y en 1970 Jeanloup Sieff retrataría otro modelo atrevido. Catherine Deneuve llevó el vestido de espalda de encaje que Yves Saint Laurent diseñó en su colección de escándalo. Los vestidos sin espaldas hoy son un imperdible para varios diseñadores y trajes de noche seductores, pero sin los mencionados anteriormente, probablemente ninguno triunfaría. Este año, Guy Laroche relanzó un estilo similar al de 1973 en su colección con Richard René.
Fotos: Life, Zimbio, Getty.