La historia del maquillaje es milenaria y los principales registros de su utilización se remontan a los antiguos imperios de Egipto y Roma. En el Renacimiento, la tendencia era llevar cejas finas, tez muy blanca, labios rojos en forma de corazón, párpados de colores como azul o verde y un lunar. En el siglo XIX se exageró la palidez del rostro, se marcaban también las ojeras y los pómulos se coloreaban levemente y los labios tenían un color carmesí. El maquillaje del siglo XX estuvo marcado por la consolidación de la industria cosmética y por otros fenómenos sociales, como el auge de los medios de comunicación, el cine y la publicidad que instauraron distintos modelos de belleza de acuerdo con cada época.
Como podemos observar, el maquillaje ha servido como forma de expresión durante distintas épocas y muchas personas lo han utilizado como una manifestación de rebeldía; por ejemplo, los fanáticos del rock comenzaron a utilizar delineados oscuros y esto se extendió a la popularización de la androginia.
Quizás una de las personas que ha utilizado el makeup como forma de expresión en su totalidad es Lady Gaga, ella pone en escena un performance que comienza con su apariencia, pasos de baile y termina con su voz. Muchos se han inspirado en ella para sacar su ser interior y presentarse al mundo como son. Por eso, no es de extrañar que haya sacado una línea de cosméticos. Aunque, ella no es la única cantante que ha utilizado el maquillaje como recurso, recordemos el icónico rayo de Bowie o sus muchas apariencias que marcaron su carrera artística.
Desde el punto de vista psicológico, los expertos explican que la rebeldía adolescente es un elemento necesario para la construcción de la identidad, pero su expresión llega a variar notoriamente de una generación a otra. Atrás quedó la época de los pokemones, los rockeros, los hippies de los 60, la era disco de los 70, y abrimos paso a los millennials y generación z, quienes cuestionan lo femenino y masculino constantemente, no tienen miedo a ir más allá
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