Colaboración por Andre Álvarez
Desde el campo de la filosofía, hasta las actuales pasarelas, el concepto acuñado por el filósofo Jacques Derrida, que habla de la “deconstrucción” como el desmontaje de un concepto o de una construcción intelectual por medio de su análisis, también encuentra su efecto en la industria de la moda, con diseñadores y marcas de indumentaria que desde la década de los 80 y hasta ahora, se han dedicado a desarmar o descomponer las estructuras clásicas de una pieza de ropa —tanto en términos de silueta, materiales o funcionalidad, como en términos de concepto— para descubrir nuevos significados.
En los 80 los japoneses que iban a la vanguardía —hablamos de figuras como Yohji Yamamoto, Rei Kawakubo para Comme des Garcons, Junja Watanabe e Issey Miyake— deciden dar un giro a lo que se venía haciendo en la moda occidental, reinterpretando la forma a partir del cuerpo y su funcionalidad, estableciendo casi una crítica a la moda de la silueta sobrevalorada. Es así cómo crean sus primeras prendas con volumenes sobredimensionados, cortes asimétricos y colores neutros. El estudio era sobre la silueta y de qué modo podían cambiar lo que hasta ese momento se conocía como vestuario femenino.
A finales de esa misma década, un grupo conocido como “los seis de Amberes” llega a revolucionar la moda con sus innovadores diseños. De esta generación provienen las casas Maison Martin Margiela —ahora dirigida por John Galliano y bajo el nombre Maison Margiela— y Dries Van Noten, quienes continúan trabajando este concepto y aplicándolo en sus procesos. Desde entonces, la Academia Real de Bellas Artes de Amberes, de donde egresaron Dirk Bikkembergs, Ann Demeulemeester, Walter Van Beirendonck, Dries van Noten, Dirk Van Saene y Marina Yee (en la foto abajo), goza de fama mundial por ir a la vanguardia de los procesos constructivos de la moda.
Para todos ellos, la deconstrucción ha sido un proceso de investigación gigante, donde el foco ha estado en entender el significado del vestuario y cuestionar la funcionalidad del mismo. De la misma manera, se podría decir que la deconstrucción es un mecanismo de diálogo y experimentación para la moda; de diálogo con el sistema en sí mismo y de experimentación desde la propia traducción de los códigos y hasta cómo ejecutarlos en textiles. Todo esto entendiéndose como un ejercicios que va mucho más allá de la estética de un collage o reciclaje post punk, ya que el cuerpo es el se somete como objeto de estudio —tanto de reflexión, como de acción—, y la moda viene a ser el lenguaje para alcanzar el discurso de mayorías. En muchas de estas ocasiones, vemos que el modelo de indumentaria queda totalmente difuso, oculto y poco identificable en cuanto a género, proponiendo una nueva forma de vernos y enfrentarnos al mundo.
En Chile, la marca Ropa 12ñada ha ido a la vanguardia de estos procesos. Sus creadores, Mariano Breccia y Mechi Martínez, ambos artistas textiles, comenzaron a diseñar el 2004 mediante el reciclado de recursos, ocupando ropa vintage que encontraban a bajísimos costos, pero que ellos mismos valoraban en supremacía: “El amor al vintage nos llevó a reciclar. Nuestros primeros trabajo con 12-na fueron intervención de prendas más que de decontrucción, y fuimos explorando maneras de transformar, aprendiendo a hacerlo de manera intuitiva”.
Con respecto a cómo lo ha tomado el público chileno, nos comentan que “en general, desde el comienzo el público partió como nicho en Chile y antes en Argentina. Con el paso del tiempo, más y más gente se animó a doceñarse y a elegir estas prendas. Los que más buscan prendas únicas y recicladas son gente relacionada al arte y de un perfil eco-urbano. Sentimos que se valora el trabajo cada vez más, que hay mas conciencia del proceso de crear indumentaria y que la gente busca cada vez más consumir productos hechos sin contaminar, locales y hechos con amor”, agregan.
Lo más interesante de esta marca es que se ha planteado crear universos que sustenten las colecciones. Es decir, trabajan paralelamente ropa, arte, video y activismo. Creen que colectivamente se logran resultados más potentes y que de esa forma han abierto sus procesos al trabajo en comunidad, a la colaboración con artistas, músicos, realizadores y diseñadores. “Ropa Doceñada es nuestra etiqueta de ropa reciclada, 12-na es la plataforma para expresarnos con otras direcciones y dar otro tipo de servicios de reciclaje, que funciona más como colectivo que como un creador individual”, nos dice para concluir, Mechi Martínez.
Imágenes Pinterest, Facebook y culturacolectiva.com