Esta semana quiero hablar de ese momento maravilloso cuando una actriz encuentra su papel perfecto, con el cual todos sus posteriores papeles serán comparados, debido a que todos los factores (su actuación, un guión logrado, y por supuesto, y el look involucrado), encajan perfectamente. Le pasó a Audrey Hepburn con Holly Golightly, a Liz Taylor con Cleopatra, y a Vivien Leigh con Scarlett O’ Hara.
Guardando las proporciones, este es el caso actual de January Jones, una joven actriz que despues de pasar por varias comedias en las que inevitablemente hacía de otra rubia sexy, encontró su papel de Betty Draper, en el ultra premiado drama de época Mad men. Quien haya visto esta serie (que se transmite en HBO básico los sábados a la noche) puede dar cuenta que hay varias características notables que merecen una larga explicación que no daremos aquí, sin embargo, lo que más me llamó la atención personalmente, fue este personaje. El retrato de la bellísima y perfecta esposa, madre y dueña de casa de principio de los años sesenta en Estados Unidos: Sonriente, rubia, y sin embargo, con una tristeza intrínseca tan a flor de piel que la hace inolvidable. La elección de vestuario en el caso de Betty (y de todos los personajes en general) es un acierto tan perfectamente logrado que no hace más que reafirmar el punto anterior. Basada en actrices glamorosas del periodo, como Tippi Hedren y Grace Kelly, January Jones se transforma en una diva doméstica total de la época.
El mundo de la moda ya notó a esta desconocida-conocida, y últimamente, ha sido objeto de varias portadas y editoriales. Desde Harper’s Bazaar hasta GQ, todos quieren tener a January en sus páginas, ya sea desde una versión modernizada de Betty (como en Harper’s Bazaar),hasta la destrucción total del personaje en clave sexy (como en GQ). Veamos:
Harper’s Bazaar (Junio 2009):
GQ (UK, Mayo 2009):
Interview (Agosto 2009):