Antes de llegar a las revistas y dirigir campañas de importantes marcas, Ita Pavissich fue modelo de la agencia Elite, desde donde empezó a articular su carrera. Su primera editorial como productora fue por invitación de otro productor de moda y se publicó en Revista ED. Desde ahí no paró y su trabajo comenzó a hacerse notar en diversas publicaciones de la época, como en las desaparecidas Paparazzi y Blank, donde su primera moda se convirtió de inmediato en portada. Con el tiempo, su trabajo fue destacándose entre las demás productoras nacionales hasta convertirse en una de las más renombradas en su área. En esta entrevista hablamos de su carrera, de cómo ve el medio nacional y de sus proyecciones.
-¿Tu portada en Blank te ayudó a definir tu carrera como productora y dejar el modelaje?
-Yo estaba estudiando diseño de vestuario y estaba metida un poco en todo. Sentía que en Chile no había una manera de sustentar una marca propia y vi en la producción de moda algo que realmente quería hacer, porque es algo que queda ahí, impreso en una foto y a la vez también hay una parte de mi, como diseñadora, que queda en eso.
-¿Cómo has visto que ha evolucionado el mercado de las producciones de moda en Chile?
-Tengo un poco de sentimientos encontrados, porque yo tengo un profundo respeto por las productoras de antes que las nuevas no tienen. Siento que hacían cosas y llevaban a cabo su pega de manera mucho más difícil a como lo hacen ahora. Si tu te fijas, hay millones de productoras de moda y antes el trabajo era mucho más a pulso. Yo creo que soy de la escuela más antigua. La energía de los productores nuevos es súper gratificante, pero a la vez también siento que hay desprolijo en el trabajo. Yo soy súper prolija y metódica, y eso creo que es algo que se da más en la vieja escuela. Ahora que doy clases en Fotodesign trato de traspasar eso a mis alumnos.
-¿Y la estética de las producciones ha mejorado?
-Antes se trabajaba con muchas referencias de poses y otras cosas; no era tan libre. Era un trabajo más como de retail. Por lo menos hoy veo que se trabaja en torno a tendencias, que permite alejarse un poco de la copia. Me ha pasado que veo fotos y digo “esta es la campaña de Versace de cuatro años atrás”. Ahora veo que hay una búsqueda, le dedican más tiempo a darle una vuelta y a tratar a la referencia como eso y no como una imagen para copiar. Ese avance me parece buenísimo.
-Muchas productoras y productores se quejan que el mercado editorial está lleno de limitaciones y pies forzados que contraen la creatividad, ¿compartes esa visión?
-Chile es un país que necesita hacer cosas que ya estén probadas en otras partes. Hay pocas revistas que realmente tengan editoras de moda, hay muchas periodistas a las que les dan ese papel. Es gente que sabe de moda, pero que no va a tomar riesgos. Creo que las personas que están a cargo de algunas revistas no son las indicadas, salvo en casos puntuales. Yo me inspiro en muchas cosas: en una obra de teatro, en una película, etc…, y para ellas eso no es una referencia, necesitan tener algo que haya salido afuera en tal o cual revista.
-¿Le hace eso daño al surgimiento de nuevos talentos?
-Yo creo que sí. Cuando se generan tantas trabas, se crea una dependencia de aquello que ya está probado y se confunden los roles entre vestuarista y productora de moda, que son cosas completamente distintas. Para mi la productora de moda tiene que armar la foto completa, hablar con el fotógrafo y con el maquillador y ver cómo completar la idea. Hay un trabajo y un concepto global. La vestuarista no tiene mucha injerencia en lo que puede hacer, tiene que ceñirse a lo que le entrega.
-¿Quiénes de las nuevas generaciones llaman tu atención?
-Trato de no hablar de mis compañeras, porque todos los trabajos son importantes y cada una usa distintas líneas estéticas. Creo que las que van más con lo que a mí me gusta son Natalia Schwarzenberg y Bernardita del Solar. Cualquier tema lo tratan de manera moderna y elegante.
-¿Cuáles son las características de tu trabajo en términos estéticos?
-Me gustan harto las líneas puras. No es necesario tirar toda la carne a la parrilla para lograr decir lo que se quiere comunicar, lo puedo alcanzar incluso con dos o tres prendas y eso lleva a una línea de elegancia. La pureza y la elegancia son siempre mis búsquedas.
-¿Cómo transitaste desde el mundo de la producción al mundo de los negocios de moda?
-La producción de moda es una carrera que tiene un límite y no me veo a los 50 años llena de bolsas recorriendo el mall. Quiero seguir en el rubro de la moda, porque no sé otra cosa. Me pasaba que sentía que estaban llegando muchas marcas, pero ninguna me llenaba por completo. En uno de mis viajes para ver qué es lo que está pasando afuera, encontré una marca argentina que se llama Them, que llenaba todas mis expectativas y se me ocurrió traerla a Chile. Me ha ido increíble en todas las ventas que he hecho. He generado un lazo tan profundo con la marca, que incluso los diseñadores me pregunten sobre algunos aspectos del diseño.
-Ahora también estás a punto de lanzar las clásicas zapatillas Superga en Chile…
-Superga es distinto, es una marca que es un básico que todo el mundo debería tener. Es una zapatilla clásica italiana, de súper buena factura. En Italia la usa todo el mundo. Tienen línea de hombres, mujer y niños. Es súper versátil en términos de edad porque es clásica y combina con todo.
-¿Tu futuro está en el área de los negocios de moda, entonces?
-Tengo una parte súper artística de la que nunca voy a poder renegar. Me veo haciendo modas, pero no con la presión de tener que trabajar porque sí. Quiero seguir lo que hago ahora y poder elegir mis proyectos.
-Desde tu lugar como docente, ¿cómo ves a las nuevas generaciones?
-En cuanto a creatividad, están con muchas ganas y eso me genera buenas expectativas. Todos los días aprendo algo nuevo de esta nueva generación. Sus ansias son impagables. Trato de inculcarles esto como un trabajo, que tienen un horario y un orden y hay que ser responsables y humildes, que es algo que se ha perdido mucho en este trabajo.