Si nos vamos a dar una vuelta por una librería, ediciones sobre moda encontramos por montón. Análisis sobre la moda a través de los años, la ropa vista desde un punto de vista sociológico o la estampa que han dejado algunos iconos de la moda en la historia. El caso del libro con el que tuve la suerte de toparme, no calza en ninguna de estas categorías, pero de alguna manera las abarca todas: “Hitchcock Style” no es un libro de cine, sino de moda, estilo y decoración.
Jean-Pierre Dufreigne es el autor del libro que nos recuerda la asombrosa habilidad que Hitchcock poseía para mantenernos en tensión durante horas y estar atentos a cada detalle. En un contexto en el que la moda esta en un constante espacio de revisión sobre los esquemas del pasado, las películas de la época se convierten en material imprescindible para entender el éxito de la moda de los años 50’y 60′. Es cosa de ponerse a recordar los maravillosos vestidos de Grace Kelly en “La ventana Indiscreta”, su pequeñísima maleta para una noche de espionaje, o el lanzamiento de Cary Grant o Sean Connery como iconos masculinos que aún prevalecen.
“El suspenso es como una mujer”, dijo Hitchcock alguna vez “Mientras más deje a la imaginación, mayor será la emoción y la expectativa”. Este profundo deseo y necesidad por ocultar en vez de develarlo todo, la antítesis del cine popular moderno, es la clave para entender el sello estético de Hitchcock. El terror crece gradualmente, alimentado por la promesa de lo que se esconde debajo de algo que parece ser una superficie elegante, y ésta es una de sus marcas: la elegancia y la sutileza que demuestran que manejaba absolutamente cada aspecto de lo que veía y de lo que traspasaba a los espectadores de sus películas.
Detalles que van desde las prendas de ropa interior de las actrices principales, como por ejemplo Janet Leigh, con su blanco conjunto al comienzo de “Psicosis”, hasta el maravilloso negro al final, o la metamorfosis de trajes siendo devorados por aves. Jean-Pierre Dufreigne, corresponsal cultural de L’Express, ha intentado en este libro – lujosamente ilustrado – diseccionar todas esas capas del estilo de Hitchcock.
El motel en “Psicosis”, la elegancia de Tippi Hedren y Grace Kelly. El libro permite fácilmente identificar y reconocer figuras universales, todo debido a que las imágenes que Hitchcock nos ofreció en sus trabajos tienen un trabajo basado en la construcción de una estética que cause suspenso más que en el suspenso mismo. Atmósferas únicas que, con este libro, nos demuestran el trabajo de actores, diseñadores de vestuario, camarógrafos y compositores que, en conjunto, lograron hacer de cada obra de Hitchcock una obra de arte.