El look andrógino o femenino/masculino era representado durante años por Marlene Dietrich, a través de trajes sastre y sombreros de copa. En los ’80, Diane Keaton como Annie Hall continuó esa labor llevando corbatas y ternos, pero a partir de los ’70, Tina Chow demostró que lo andrógino puede ir también por otro lado. La diseñadora de joyas se transformó en icono al demostrar que el cabello bien corto hacia el lado, un maquillaje marcado y un traje Kenzo o un vestido Balenciaga, podían combinar con un look ambiguo sin problemas.
Tina o Bettina nació en Estados Unidos, pero su mezcla era amplia: su madre era japonesa y su padre era germano – estadounidense. Bajo su distintivo look, Tina potenció su belleza de manera particular, instalándose en la escena neoyorquina artística y del jet set como la esposa del magnate de los restaurantes, Michael Chow. El dueño de Mr. Chow la llevó a convertirse en el centro de atención de la bohemia más artística, comandada por Andy Warhol, Basquiat, Antonio Lopez y más.
Tina, además de diseñador joyas sencillas pero elegantes, utilizando piedras y líneas simples, era una ávida coleccionista de ropa. Balenciaga, Mariano Fortuny, Givenchy e YSL formaron parte de su armario, el cual lucía combinando prendas simples como camisetas negras y blancas con pantalones y chaquetas smoking. Chow también fue modelo, comenzando su carrera a los 16 años modelando para fotógrafos tan importantes como Cecil Beaton y representando a la marca de cosméticos Shiseido. En 1992, Tina murió por complicaciones relacionadas con el SIDA, convirtiéndose en una de las primeras mujeres heterosexuales en reconocerlo públicamente.
Fotos: Redlist, Zimbio.