Un breve e intenso periodo como Director Creativo en Christian Dior, llevó al diseñador francés Yves Saint Laurent a replantearse su carrera. Tenía 21 años cuando debió tomar el mando de la gran casa francesa luego de la muerte repentina de Monsieur Dior, quien se enfermó y falleció en 1957. Sin embargo, a lo largo de su carrera enfrentó obstáculos sin importar la edad: en 1953, ganó el primer lugar en el Woolmark Prize, cuando solo tenía 16 años, dejando en segundo lugar a uno de sus frenemies más reconocidos, el Karl Lagerfeld de 21 años.
En 1955, Dior lo mostraba al mundo a través de sus diseños realizados en el taller de la casa francesa. Allí, se transformaba en el talento más joven jamás visto cortando e indicando instrucciones, dándole forma a trajes tan legendarios como el que llevó Dovima en la imagen clásica de Richard Avedon con elefantes. Para 1957 era el couturier más joven de todos con solo 20 años y alcanzaba el éxito con sus primeras colecciones, Pero en 1962, debutaba con su marca homónima gracias a los consejos de su eterno partner, Pierre Bergé, a quien conoció hacia fines de los años ’50. Cassandre le diseñó el logo y voilà, para enero de ese año deleitaba a todas las editoras que describían sus diseños como “lo más lindo desde Chanel”, según su propia biografía oficial.
Un salón en París repleto recibía las creaciones frescas y juveniles de Yves: blusas con lazos, el primer abrigo peacoat, el primer trench y tantas otras propuestas que marcarían el estilo YSL. Luego vendría el crecimiento de su atelier y fama, cuando la actriz Catherine Deneuve se transformó en su musa y tantos otros hitos que consiguieron que el francés se convirtiera en un icono, extrañado e insuperable.
Fotos: Fondation Pierre Bergé YSL.
