A los 6 años ya era reconocida por todo el mundo gracias a su rol en el clásico “E.T.” y pese a los excesos que llenaron su adolescencia, la actriz Drew Barrymore logró mantenerse relevante en el cine y también como celebridad. Hoy vive una etapa distinta de su vida pero por allá por los ’90, Barrymore era la chica Guess y todo un modelo a seguir en cuanto al revival del estilo de esa década.
Desde que logró la fama en los ’80, Drew luchó contra sus adicciones y además por conseguir roles que la mantuvieran como una actriz sobresaliente en el Hollywood que desecha a cualquier nueva atracción. Así la vimos en películas como “Poison Ivy”, la que pese a su factura modesta y su historia que mezcló erotismo juvenil estilo Lolita con un thriller, se mantiene hoy como un clásico de culto que tiene al centro el estilo de la propia actriz. Chaquetas de cuero oversized, camisas amarradas para dejar ver el estómago y jeans de tiro alto completaban el horizonte, complementado con una cabellera larga en rubio que a veces iba muy rizado.
Barrymore cultivó la mayor parte del tiempo una fama de chica mala, gracias a sus fiestas, amistad con personajes como Courtney Love, matrimonios fugaces y por supuesto entrevistas donde mostraba partes íntimas de su cuerpo. Pero antes que se convirtiera en un imprescindible del cine romántico, la actriz aparecía en alfombras rojas llevando flores en la cabeza, usando los hoy famosos nuevamente slip dresses, como rostro de Miu Miu o incluso como heroína de western a través de “Bad Girls” (1996). Por eso y mucho más, es la perfecta inspiración para el revival noventero que los millennials aprovechan tanto hoy en día.
Fotos: Cineplex, Yahoo, Reinmag, Buzzfeed.
