El cine y la música celebraron dos nuevas premiaciones el fin de semana pasado, con estilos muy distintos. La elegancia británica de los Bafta (British Academy of Films and Television Arts) y la estridencia de los Grammy –los premios más importantes de la música-, alternaron a figuras de diferentes escenarios, complementando una vez más los looks del espectáculo.
En una lluviosa noche londinense, los Bafta aparecieron con mucho color a pesar del clima. Dentro de los vestidos destacados, Marion Cotillard se atrevió con el vestido amarillo Dior de alta costura, el más destacado del último desfile; Andrea Riseborough también llevó amarillo con Vivienne Westwood, mientras el negro apareció con el Burberry de Anne Hathaway y el Chanel de Elizabeth Olsen. Amy Adams lució como nunca gracias a un Elie Saab de encaje, y Helen Mirren demostró que su cabello puede ser juvenil al mostrarlo teñido de violeta. Jennifer Lawrence también apareció de Dior, mientras Paloma Faith puso el glamour extra con un pesado vestido vintage de brillos y un gran peinado retro.
A pesar del memo enviado a los nominados y asistentes por la Academia Nacional de Artistas de la Música –quienes entregan los Grammy-, la ceremonia número 55 de esta premiación no opacó en cuanto a escotes y piernas. Jennifer Lopez aseguraba no recibir ninguna instrucción mientras mostraba un Anthony Vaccarello al más puro estilo Angelina Jolie, y Katy Perry decía que se inspiró en Priscilla Presley para mostrar un ultra escotado vestido Gucci con bordados en el cuello. A pesar de los pronósticos, Beyoncé llevó un traje pantalón blanco y negro de Osman, mientras Rihanna destacó con un rojo traje largo que Azzedine Alaïa confeccionó especialmente para ella. Adele salió del negro con un vestido de flores, y Florence Welch fue una de las pocas que llevó alta costura con un Givenchy hecho especialmente para ella.
