Los esmaltes de uñas son sin duda una obsesión para muchas de nosotras (si es que no para todas). De los más variados colores y texturas y con cientos de tutoriales dando vueltas por la red para hacer de tu manicure una verdadera obra de arte, los esmaltes se han ganado un lugar privilegiado en los cosmetiqueros. Pero si bien hoy los utilizamos como adorno para nuestras manos, en su origen se pretendía algo muy distinto con ellos.
La historia del esmalte de uñas tiene ya más de 5.000 años. Proviene de la época de los imperios griego y romano, donde las señoras de alta sociedad comenzaron a utilizar diversos pigmentos para pintar partes de sus cuerpos; entre ellas, las uñas. En paralelo, en tierras egipcias se empezaba a elaborar un compuesto con el que la realeza pintaba sus uñas de color negro para luego derivar en el rojo. ¿Cuál era ese material? La henna –utilizada hoy para teñir cosas de manera temporal–, fue el material que dio inicio a lo que trascendería por miles de años. Por su parte, en la civilización China comenzaron a encontrar nuevos materiales tales como el huevo o la cera de abejas, los cuales mezclados con algunos tintes vegetales eran capaces de fabricar un material aplicable a las uñas en diversos colores. En ese momento, el color que usabas en tus uñas era capaz de definir a qué clase social pertenecías, siendo el rojo y el negro para la alta sociedad y los colores más terrosos y con menos vida para la clase media. Es más, en China, si alguien de clase baja era visto usando un esmalte del color que no le correspondía, podía ser castigado con pena de muerte.
Pero no fue hasta el siglo XIX en que realmente se comenzaron a ver avances significativos en el modo de fabricar los esmaltes. En los años 20, las uñas un poco más largas recién comenzaban a ser bien vistas, y con ello la utilización de maquillaje para adornarlas. Alrededor de 1920 la marca Cutex lanzó al mercado el primer esmalte de color, inspirados en la pintura brillante para autos. El esmalte –de color rosa y que duraba solo un día puesto– fue de gran éxito, y desde ahí se transformó en un básico para las mujeres de todo estrato social.
En los años 40, con el glamour Hollywoodense, todas usaban las uñas largas y pintadas de rojo, siendo esa la tendencia principal. Hoy en día vivimos rodeados de cientos de colores, marcas, técnicas de aplicado y formatos de esmaltes. No hay una sola tendencia ni regla con respecto a ellas. El esmalte de uñas se ha transformado en una pieza infaltable de la moda, transformándose incluso en un arte durante la última década y ofreciendo en su variedad la posibilidad de que todas encontremos nuestro propio estilo de pintarlas y adornarlas.
Imágenes: Pinterest / Tumblr