Tomás Meersohn debe ser el productor de arte más joven del medio nacional. A pesar de sus 21 años, se toma su trabajo no como un juego de niños, sino todo lo contrario: con mucha seriedad y profesionalismo. Tomás es también conocido por sus duros comentarios y opiniones tajantes, lo que muchas veces lo ha llevado a pelearse con gente del medio, especialmente con blogueras. “Todos aquellos que influyan la industria desde la ignoracia saben que están obsoletos”, lanza. Muy probablemente, sus constantes y ácidas críticas no son más que las ansias de un joven actor de la industria de que ésta alcance el profesionalismo y excelencia por todos deseado.
Como manera de introducir tu trabajo a nuestros lectores, explícanos en qué consiste el trabajo de un director de arte.
El director de arte es el vector de una producción. Es quien debe tomar decisiones sobre los resultados visuales y de contenido que se quieren obtener en el producto final. Para ello, hay que manejar algunos conceptos básicos sobre la dirección de arte, desde composición hasta teoría del color, también conocer la industria y las tendencias que afectan tanto en la moda como en los consumidores.
¿Cómo llegaste al mundo de la moda?
Todo parte con mi colección de Vogue. A partir de ella, obtuve un ojo crítico y agudo, entendí que la industria no era un tópico de arte, sino más bien, un tópico de marketing. Luego conocí la gente indicada y me comencé a envolver en la industria chilena.
¿Cómo ves la mirada de las nuevas generaciones en torno a la moda?
Las nuevas generaciones son parte de una mezcla cultural que hoy influye directamente en el mercado. Mantienen un punto de vista más visionario, estan dispuestos a tomar el control y generar nuevos contenidos.
¿En las distintas áreas (foto, estilismo, maquillaje, diseñadores, etc) a quiénes de tu generación le ves potencial para perfilar lo que será a futuro nuestra industria de la moda?
Falta alguien que sea capaz de entender de forma profesional la industria, alguien que conozca las tendencias y deje de hacer lo mismo que se hacía en los noventa. Que genere un espacio para los nuevos talentos y para un trabajo de calidad.
Tuviste un blog, fatal.cl, el que ahora se convertirá en fazine, ¿Por qué el nombre y por qué la decisión de pasar de un blog a un fanzine?
Fatal nunca se comportó como un blog, al contrario, si bien mantenía un formato de blog, su razón de existir era generar una visión más teórica de la moda. Fatal es una ironía de lo que pasa en Chile, Fatal porque la moda está mal.
Fatal está cambiando constantemente, adaptándose a lo que pasa conmigo como director de arte. Me cansó el mundo blogger y que la terminología sufriera en los medios. El cambio tiene que ver con hacer un objeto del deseo, algo que todos quieren ver.
En general, eres bien crítico de la industria nacional lo que te ha valido peleas con algunas personas del medio, especialmente con blogueras. ¿Qué es lo que te molesta puntualmente y qué propones para solucionarlo?
Me espanta el poco profesionalismo que existe al momento de trabajar en la moda. Hay muchas cabezas controlando la industria, la mayoría de ellos ignorantes del tema. El estándar de calidad es bajo y al momento de las críticas nadie es capaz de decir lo malo que son algunos trabajos y es ahí donde está el error principal, porque todo se mantienen al margen para no perder sus puestos.
Para solucionarlo es necesario un recambio, todos aquellos que influyan la industria desde la ignoracia saben que están obsoletos.
¿Cómo te proyectas?
Difícil gráficar mi futuro, sin embargo, de seguro me quedo en la industria.
