No es un nombre conocido, ni tampoco aparece en pantalla o en diarios por sus dichos en Twitter. Sin embargo, su presencia esconde varias sorpresas que forman parte de la historia de la moda en Chile. No solo consolidó su camino entre una agencia de modelos en los ’90, producción de moda para marcas extranjeras y edición para la desaparecida Vogue Chile, sino también comparte su gusto por la moda con su pasión por la Patagonia. Olga Mallo es un nombre que de manera silenciosa ha dejado su huella, a través de sus artículos en revista Caras y El Domingo de El Mercurio. Mientras reparte su tiempo entre Chile, Inglaterra y el mundo, Mallo comparte su pasión por escribir con uno de los grandes hitos de su carrera, el entrevistar a uno de sus personajes favoritos, Tom Ford. Y cuando se trata de moda, Olga tiene mucho que compartir.
-Tu vida y tu carrera han visto numerosos escenarios distintos. ¿Qué es lo mejor de mantener esa diversidad de la moda, el deporte aventura y la cultura distinta mezclada?
Soy demasiado inquieta, tengo demasiados intereses y necesito, en lo posible, cubrir todas mis pasiones en esta vida. Algunas circunstancias se han dado para que así sea y otras las he buscado. En el fondo es como vivir varias vidas, y eso es lo mejor, ya que no se si hay otra después.
-¿Cómo llegaste a instalar una agencia de modelos en Santiago?
Eran otros tiempos y existían vacíos en esa área; eran los ‘90. Soy profesora de Inglés y Literatura, pero no era feliz haciendo clases. Una amiga que venía llegando de Milán, había trabajado en desfiles de moda y me entusiasmó con la idea de formar una agencia/productora, aunque no tenía idea sobre el tema, solo me gustaba el tema. Luego de horas de brainstorming nació Karlovac Mallo Producciones. Comenzamos con desfiles pero después hacíamos varias cosas: producción de comerciales, captábamos extras para TV, asesoría de vestuario a bandas como Lucybell, por ejemplo. Pero nos fuimos enfocando cada vez más en convertirnos en una agencia de modelos; hacíamos mucho scouting, y teníamos varios modelos que eran exclusivos de nuestra agencia. Un día mi socia decidió irse a vivir fuera de Santiago y yo hice un “pase” de mis mejores modelos a la agencia Bookers, que en ese tiempo era la más grande, y comencé a trabajar para ellos.
-Fuiste parte vital de Vogue Chile. ¿Qué rol cumplías en la revista durante su existencia?
Después de Bookers, me ofrecieron la oportunidad de trabajar como “Editora Asociada”; ese era el nombre con que aparecía en los créditos de la revista. Pero en realidad era traductora y mi labor era componer entera la primera edición con mis traducciones. La Vogue Chile en realidad era la Vogue para Latinoamérica, o sea la traducción y edición de la Vogue norteamericana en una versión más abreviada. Eso sí, fue un honor que esta versión para Latinoamérica se hiciera en Chile, pero yo no era una Grace Coddington ni nada por el estilo; ni una sola página se producía en acá. Igual era un trabajo soñado, ¡mi pega era leer Vogue! Mi primera traducción/edición fue una larga entrevista a George Clooney. Aun lo recuerdo porque siendo la primera fue la mas difícil, fue como hacer un master en Clooney, lo que no es malo. Él era el chico de la portada.
La verdad no sé lo que pasó. Yo trabajé solo un año o menos pues me fui a vivir a Canadá y perdí contacto. La Vogue Latinoamérica sigue existiendo, pero se edita en otro país ahora.-¿Por qué crees que fracasó la iniciativa de mantener una Vogue Chile?
-¿Cómo ves el escenario de las publicaciones de moda actuales en el país? ¿Cuál es tu favorita?
No estoy muy al tanto de lo que pasa. Las que conozco, y algunas me gustan mucho, son de interés general que incluyen moda dentro de sus contenidos. A Caras la encuentro excepcional, muy al día y de excelente calidad; no escribiría para un medio que yo misma no compro. Me gustan mucho las producciones de moda que hace ED, pero a ninguna de estas publicaciones las llamaría medios de moda. Viste la Calle está muy al día, tienen buen material y sus datos son muy entretenidos. Entonces como escenario lo veo pobre, la verdad, pero tal vez me falte información.
-¿Cómo llegaste a ser productora, cuáles eran tus labores en ese rol?
En esos años no existían los blogs de moda, ni siquiera se navegaba por Internet, no existía Google, ¡eran los ‘90! Había que dejar los pies en la calle buscando la ropa, recorriendo tiendas de diseñadores y también utilizando mucho el teléfono. Recuerdo que tuve mi primer correo electrónico recién en 1997, antes de eso se usaban las llamadas telefónicas. Con mi agencia hacíamos producción de desfiles y todo lo que eso implica, desde la ropa y modelos hasta luces y música, también trabajábamos en producción de comerciales pero en ellos nos encargábamos sólo del vestuario. Luego hice algo de producción fotográfica que era lejos lo que más me gustaba. Hace unos años tuve la oportunidad de volver a hacer producción de fotos, para una marca de ropa inglesa llamada “Fat Face”; ellos eligieron Chile como locación para su campaña de invierno. Con ellos hice de todo, desde el “recky” (buscar locaciones) hasta ir a comprar marshmellows . Fue una gran experiencia en todo caso.
Hubo una etapa intermedia entre trabajar en moda y mi vida en la Patagonia, y fue el tiempo que estuve en Canadá. Viví en British Columbia, en un pueblo cerca de Vancouver, donde todo el mundo hace deportes los 365 días del año. Me di cuenta que esa era la vida que quería, increíble, porque yo era lo menos deportista y “outdoors” que existe, solo esquiaba bien y punto . Allá aprendí velerismo, esquí acuático, kayak, e iba a escalar cerros casi a diario. Cuando regresé a Chile a ver a mi familia en Punta Arenas, fue natural quedarme allá. No me imaginé viviendo nuevamente en una gran ciudad después de mi experiencia canadiense. Todo se dio: hablaba inglés, conocía la zona pues había nacido allá y alguien me sugirió trabajar como guía en los meses de verano. Ahora mi trabajo se ha expandido un poco, soy tour leader para una compañía americana, también hago foto safaris que es lo que más me gusta, y últimamente, de a poco, observación de aves. Me encanta, y a veces puedo tener clientes muy glamorosos, de verdad.-¿Por qué pasaste de ese mundo tan “glamoroso” para muchos, a trabajar en la Patagonia?
-Cuéntanos por favor, ¿Cómo fue entrevistar a Tom Ford?
Ciertamente fue muy importante para mí. Como diseñador de Gucci lo encontraba increíble, pero después de ver “A Single Man” y leer una entrevista relacionada con la película, me pareció una persona tan lúcida, tan atractiva, que pasó a estar entre mis top 5 de personajes que admiro. Por ello, cuando se presentó la ocasión hice todo lo posible para hacer realidad esa entrevista. El es aun más encantador, divertido, inteligente y guapo de lo que había imaginado. Cuando conoces a estos personajes tan famosos y estás frente a ellos tienes una sensación muy extraña, es una sensación de irrealidad, algo así como “esto no está ocurriendo”. Todo te da una perspectiva, que por lo menos a mi, me hizo mantener la cabeza fría a pesar de mi admiración. Lo pasé bien, me reí mucho con él, tiene un magnífico sentido del humor y es muy agudo. Le hacen una pregunta y se entrega, como si se le fuera la vida en contestar; supongo que él es así para todo. Tuve que editar mucho material pues él es muy bueno para hablar y no había tanto espacio. Lo único que sabía de Chile era que había buen esquí, no conocía nada de moda latina pero sí Latinoamérica y su cultura, mencionó que Perú y Colombia han inspirado alguna vez sus diseños. La entrevista con Tom Ford estará para siempre en mi grabadora, no sería capaz de borrarla.
-Viviendo cerca de Londres, donde pasas gran parte de tu año, ¿Qué es lo que más rescatarías de acuerdo al estilo callejero de sus habitantes?
Vivo en South Yorkshire, pero voy tanto a Londres que mis amigos dicen que me he convertido en una “commuter” (gente que vive fuera de la ciudad y viaja por su trabajo). Amo esta ciudad y tenemos un lugar acá, lo que facilita mucho más todo. Una de las cosas que me gusta de esta ciudad son sus habitantes; son súper amables y su estilo es único. Amo el “people watching “en Londres, mirar la gente en los cafés, en el metro, en las tiendas, es muy inspirador y a pesar de ser una de las grandes capitales de la moda, la gente no se aferra a las tendencias en forma obvia, sus habitantes son lo menos uniformado que existe. Cada estilo es muy individual, cada cual le pone su sello.
-¿Cuál es tu itinerario cuando se trata de moda, mientras estás en Inglaterra?
Soy muy trapera pero creo que me he vuelto algo más sensata últimamente. Estoy obsesionada con Zara, solía no gustarme mucho pero este año sus colecciones han estado increíbles. En la High Street (tiendas de moda masiva como Zara, Mango, H&M, etc.) compro además en French Connection, COS , Uniqlo, una que otra cosa en Topshop o River Island. Voy a Fat Face antes de partir de vacaciones, H&M siempre salva y mis poleras de algodón son GAP porque duran para siempre. De vez en cuando me doy un gusto aun mayor y busco esas marcas suecas o francesas cuyo estilo adoro, algo en Filippa K, que aquí en Londres se encuentra en Selfridges (claro que es un peligro entrar en ese monstruo del consumo). Ir a “The Shop at Bluebird”, en King’s Road, es un placer. Es una tienda que reúne varias marcas de diseñador, el lugar es bello y además es posible encontrar un top Helmut Lang, por ejemplo, que puede estar al alcance de cualquiera. Por último, de vez en cuando hago un recorrido por Spitafields, en el este de Londres, donde hay unas tiendas vintage fabulosas. Hace años iba a Portobello cuando buscaba vintage, pero cada vez era más difícil encontrar algo que valiera la pena. Las tiendas de caridad, tan comunes en el Reino Unido, también son todo un hallazgo para lo antiguo, allí he hecho unos descubrimientos extraordinarios, pero hay que ir con tiempo y mucha paciencia.
Tener mi propia agencia, porque ahí empezó todo. Haber estado en una comida con Carolina Herrera, una mujer espléndida, hace años en Santiago. La producción de la campaña para Fat Face en Chile, y evidentemente el encuentro con Tom Ford.-¿Cuáles han sido los hitos de tu carrera relacionados con la moda?
-Por último: una película, un icono y una canción que te inspiren.
“Lost in Translation” , la he visto más de 10 veces. Un ícono, Jane Birkin. Canciones, es más difícil porque me da por períodos, pero digamos que cualquiera de Nina Simone; siempre estoy de humor para Nina Simone.
Fotografías de la entrevista, gentileza Olga Mallo.