Colaboración desde España por Daniel Budnik.
Mila y Tucho Balado respiran moda. Han sido precursores del prêt-à-porter español y creadores de marcas de vanguardia como A Menos Cuarto, Mila Y Tucho Balado y MYT. Han creado, han exportado, han revolucionado mercados, se han arruinado y han hecho todo otra vez. Si alguien ya viene de vuelta en el recorrido por el mundo de la moda, seguro son Mila y Tucho.
Actualmente mantienen junto a sus hijos gracias a un Showroom Agency en el centro de Barcelona llamado La Casa Del Alcalde. De ahí ofrecen al mercado español y portugués marcas para hombres, mujeres y niños. En el mismo lugar, Tucho maneja una casa editorial llamada Ven Y Te Lo Cuento.
Ya va un año desde que los visité en Barcelona. Entre vestidos originales de Warhol, salones barrocos y cajas de libros de su casa editorial, entré a un salón inmaculado con perfectas hileras de vestidos, poleras y faldas. Me tocó recientemente reencontrarme con ellos, después de una vida reinventado la moda española, se han venido a pasar una temporada a Sudamérica. Con grabador en mano, capeamos un corte de luz eléctrica, conversando sobre la vida que han llevado imaginando, creando, produciendo y comercializando vestuario prêt-à-porter.
¿Cual es la clave para mantenerse original?
Tucho: Más que mantenerse original, es mantenerse fiel a uno mismo. Hacer lo que te guste. Ser sincero, nada más. A veces te equivocas: una cosa que te gusta mucho, no gusta a nadie, y una que no te gusta a ti, le gusta a todo el mundo. Nadie es capaz de saber lo que va a funcionar.
Mila, la última vez que te vi estabas colaborando con una empresa en la búsqueda de nuevos talentos. ¿Qué buscarías en un diseñador que está comenzando su carrera?
Mila: Una razón muy imperiosa del por qué están haciendo lo que están haciendo. Que les salga una necesidad, casi vital, que no les sirva nada de lo que está establecido, que investiguen, que busquen, que arriesguen…
¿Ustedes arriesgaban mucho?
Mila: Si, la palabra riesgo siempre va unida al mundo de la moda. Si no pienso incluso que hasta no es moda.
Tucho: Siempre estás arriesgando si estás en un nivel determinado. Nosotros estábamos siempre en un sitio extraño. No éramos mercenarios, pero tampoco éramos pánfilos. Nosotros hemos sabido siempre perder. Lo que sí, te aseguro que la primera vez que nos arruinamos, hubo un momento un día, que creo que fue de los mas felices de mi vida. Tuve una sensación de estar liberado de todo. Estaba mirando unas palmeras me acuerdo, y el sol estaba cambiando de color y pensé: “cuánto tiempo en que no había observado una cosa así…”. Y dijimos: “no volveremos a hacer las mismas idioteces”. Y lo peor del caso, es que volvimos a hacer las mismas. Y rápido. No tuvimos tiempo de descansar. Yo creo que la gente se pegaba a nosotros y decían: “si ponemos la parte de sentido común que les falta a estos, joder, nos forramos todos…”.
¿Qué característica les gustaba del mundo de la moda?
Tucho: Lo que era muy bonito era que de una idea nuestra se desarrollaba una prenda, se hacía una producción y eso le daba trabajo a mucha gente. Generabas riqueza. Me ponía muy contento. Era fácil, era rápido.
¿Hay una moda global o lo local mantiene su terreno?
Mila: No, yo creo que ahora desgraciadamente, hay una moda global. Yo me acuerdo que años atrás viajar era un placer. Porque te movías por diferentes países y veías esas diferencias. Pero ahora la verdad es que es todo bastante aburrido.
¿Alguna decepción de tantos años en las pasarelas?
Tucho: Un político que llamaba y me decía: “Tucho, ¿no me puedes conseguir entradas para los desfiles de lencería?”
Mila: Decepcionante fue cuando empezamos a ver, Tucho y yo, que era más importante quién se sentaba en primera fila que lo que ocurría en las pasarelas. Esto ocurrió de repente, y enredó todo. Las pasarelas pasaron a ser menos auténticas. Le daban más importancia a la foto de quien estaba sentado en primera fila, que lo que estaba pensando el diseñador.
La luz ya ha vuelto. Veo su complicidad en la mirada. Pienso que Mila siempre ha expresado su libertad mediante la creación de vestuario. Y que Tucho de alguna forma ha abierto mercados para la vanguardia mediante la comercialización arriesgada.
Y antes de apagar el grabador, Tucho dice medio en broma y medio en serio: “Nos hemos juntado en Chile, España y Brasil. La próxima vez juntémonos en África, a mitad de camino”. Y por qué no, pienso. Con ellos, todo es posible.