Para Isabel la moda no viene solamente con las telas y los diseños; el mundo conceptual de la misma le ha atraído desde que estudió en Central St. Martins y también en Nuova Accademia delle Belle Arti Milano. Esta editora de moda italiana, que se especializó en Historia del Arte y Estilismo, hoy se desempeña en la publicación 160g Magazine, una revista parisina que une el arte, la fotografía y la moda de manera impresa y también online. Divide su tiempo entre Londres, Milán y París, así que quisimos saber cuáles eran sus reflexiones acerca de un mundo del cual ha sido testigo a través de las semanas de la moda, a pesar de estar encantada con otro que no se relaciona mucho con la moda.
-Vives en Londres, una de las ciudades claves en la moda. ¿Has tenido la oportunidad de reconocer el talento de nuevos nombres que te hagan pensar “este nombre triunfará”?
¡Si, definitivamente! Eso es lo que hace de este trabajo algo tan entretenido. Me encanta revisar lo que ofrece la pasarela Vauxhall Fashion Scout mientras se desarrolla el London Fashion Week; aquí puedes conocer marcas que aun no son famosas. También tuve la oportunidad de ver a otros diseñadores en el pasado: Georgia Hardinge, Una Burke, Sarah Angold. Y si estos nombres son ahora muy conocidos, aun hay talento desconocido entre los estudiantes o graduados de MA (Master of Arts). Ahora con el London Fashion Week esperándome, no puedo dejar de ir a ver los shows de personas que recién se graduaron, como Sabyna Bryntesson por nombrar solo una.
-Estudiaste Estilismo de Moda en la Nuova Accademia delle Belle Arti Milano, y también en Central St. Martins. ¿Cuáles son según tu criterio, las principales diferencias entre estos dos lugares?
Cuando tomé el curso el 2010, debía pasar dos semanas en Londres y dos en Milán. Me impactó como italiana, ver que ocurría absolutamente lo contrario a lo que creí entre estos dos lugares. Generalmente, Italia es el país de los desastres burocráticos y de la falta de organización, y se suponía que Inglaterra era sinónimo de eficiencia. Cuando estudié en St. Martins, el campus todavía estaba en el edificio de Soho –el mismo donde estudió McQueen y donde tocaron por primera vez los Sex Pistols-, y el foco que mantenía era todo creatividad. NABA en Milán tenía este campus increíble con nombres conceptuales y un equipo siempre pendiente de los negocios. La mezcla entre estos dos mundos era genial, pues aparte de lo enseñado por mis profesores, tenías un equilibrio entre la creatividad y el negocio. En ambos lugares debimos organizar sesiones fotográficas, y esta era la oportunidad de comprender como las ciudades ofrecían distintos puntos de vista cuando se trataba de moda.
-Como estudiante de Central St. Martins, ¿Por qué crees que este lugar se ha convertido en el centro absoluto del futuro de la moda?
Por el talento, y también por su lado creativo: las clases en CSM son las mejores cuando se trata de lo técnico o lo creativo; para aquellas enfocadas en negocios, la gente tiende a elegir el London College of Fashion. Creo que esta popularidad también tiene que ver con su reputación; por supuesto que hay personas más o menos talentosas que van a esta escuela, pero el nivel de los alumnos y la preparación de sus profesores realmente hacen de Central St. Martins un lugar excepcional para ir a estudiar. Y no solo cuando se trata de moda, sino también otras carreras como Teatro, por ejemplo. Es como en Antwerpen; si sabes que los Fabulosos 6 se graduaron allí, tienes que superarte constantemente.
Lo otro que tiene St. Martins es que podrás conocer personas de diferentes lugares y areas, lo que te permite construir un sólido círculo de redes. El mundo de la moda pareciera ser impenetrable, pero cuando estás en un lugar así puedes formar los mejores contactos. Cuando estaba haciendo mi curso, terminé trabajando con Panos Yiapanis para una editorial de Vogue Italia –y después para otra en Visionaire-, y solo sucedió de casualidad, porque conocí a alguien en St. Martins. Lograr estas cosas realmente te hace comprender cómo trabaja la moda .
-¿Cuándo decidiste convertirte en estilista? ¿Hay algo que te haya inspirado a seguir esta carrera?
Es divertido, porque cuando hice ese curso sobre Estilismo de Moda me di cuenta de lo que realmente quería hacer después de estudiar, algo que no tiene nada que ver con moda: diseño de escenarios. Para teatro, cine, moda o lo que sea, me di cuenta que siempre que preparaba algo lo primero que hacía era pensar en el ambiente. Me encanta porque está entre ser un artista visual y un arquitecto; siempre estaré agradecida de encontrar el camino correcto mientras estudiaba.
-Hablemos de tu trabajo actual en 160g Magazine. ¿Cómo nació la revista?
La revista fue fundada en París por un fotógrafo y un diseñador web, con el objetivo de darle una nueva mirada a la moda; nada de incluir lo típico, nada de chismes, solo editoriales redefinidas y contenido que muchos lectores querrían encontrar en revistas. La plataforma online ha ayudado a que la publicación sea internacionalmente más conocida y también flexible. Me integré al equipo luego de un par de ejemplares, así que no conozco la historia de su creación con tanta profundidad.
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