Laura Kim, Diane Kruger y Fernando García en los premios CFDA 2017
El talento de los nombres tras la marca Monse es tan apabullante, que una legendaria diseñadora demandó a otra casa por contratarlos luego de su paso por su propia marca. Una historia enredada pero inédita para Laura Kim y Fernando García, quienes luego de ser entrenados por Oscar de la Renta y ser contratados por Carolina Herrera, vieron cómo la diseñadora quería detener a la dupla de convertirse en los sucesores del diseñador dominicano. Pero en Monse, esa misma dupla ha florecido como nunca, dejando en claro que la preferencia sobre la alfombra roja cada vez se inclina más hacia su lado.
Sus prendas son frescas, tienen toques juveniles, brillos y elegancia como cualquier otro traje de gala pero hay algo que los lleva a ver más allá. En Monse no hay un culto a las curvas ni escotes pronunciados, sino una manufactura que juega con texturas, combinaciones de color y largos. Sarah Jessica Parker los escogió para la importante gala del MET el 2016, lugar que vio este año a Claire Danes llevar uno de sus diseños. Kasia Strauss llevó un traje Monse a los premios CDFA este año, pero fue Jessica Biel la que llevó uno de los primeros vestidos a una fiesta el 2015, desatando el furor sobre la nueva marca.
Rihanna recibió el premio humanitario de Harvard vistiendo un traje gris de Monse, recién salido de la pasarela F/W 2017. Al igual que Biel, Lady Gaga fue también una pionera en llevar la marca, para una presentación televisiva el 2015. Pero este año, a través de distintas galas, hemos visto un verdadero boom de trajes Monse. Thandie Newton en los Golden Globes fue una de las mejor vestidas en un vestido blanco con basta ombré metalizada. Diane Kruger llegó con Kim y García a los premios CDFA 2017 con uno de los más lindos modelos de la colección S/S 2017, mientras Jaime King no encuentra nunca mal momento para enfundarse en cualquiera de sus vestidos. La era Monse recién comienza, pero auguramos muchas más apariciones estelares en un futuro.
Fotos: Zimbio, Vanity Fair.
