El protagonismo de las costureras en los documentales de “Signé Chanel” mostraba el arte del bordado de alta costura más allá de los brillos finales que vemos en vestidos y trajes. Ese dedicado arte de plasmar una figura original que lleva a una prenda a otro nivel, es el mismo que fue sinónimo por muchos años de una casa francesa de gran renombre, la Maison Lesage.
Adquirida por Chanel en 2002, como una forma de asegurar su continuidad en la industria, la Maison Lesage fue iniciada a comienzos de los años ’20 por la familia que lleva el mismo apellido, y que fue heredada por François Lesage, un verdadero maestro del bordado que trabajó con Elsa Schiaparelli a lo largo de sus colecciones. También marcó la diferencia a través de las prendas de Vionnet, y otros diseñadores como Hubert de Givenchy, Cristóbal Balenciaga, Christian Dior y Christian Lacroix.
La Ecole Lesage Paris, creada en el año 1992, fue la herencia que dejó François para el mundo antes de su muerte en 2010. A través de este establecimiento educacional, Lesage comparte sus secretos y tradición con quienes quieren seguir este camino en la moda, que también alcanzó a adornar los diseños de Yves Saint Laurent y John Galliano. La dedicación de coser cada piedra a mano en un vestido, o unir las plumas necesarias para una falda digna de princesa, es algo que la Maison Lesage perfeccionó a través de la historia.