A lo largo de su vida pública, Diana vistió de diversos nombres reconocidos o no en el circuito de la moda. En su mayoría británicos y otros consolidados de la industria internacional, son muchos los que ayudaron a construir momentos inolvidables para la Princesa, como aquel que la mostró por primera vez luego del anuncio de Carlos sobre su infidelidad; para ese momento, en 1994, Diana llevó un vestido negro de Christina Stambolian, denominado para siempre “el vestido de la venganza” (revenge dress).
Paul Costelloe fue otro diseñador que se repitió la oportunidad de mostrar sus diseños bajo la silueta de la Princesa. Para vestirla, escogió trajes de dos piezas elegantes y suaves, como un modelo rosa que llevó en 1993 y otro en fucsia para una visita a Canadá. Jan Van Velden estuvo presente en su etapa temprana como Princesa, vistiéndola cuando estuvo embarazada con tiernos trajes de cuellos blancos y especialmente un vestido amarillo que llevó en una visita a Australia.
Chanel es una marca que ninguna mujer con suficiente dinero o estatus deja de llevar. Para Diana, todo se trató acerca de carteras clásicas de la firma y un traje celeste pálido, que llevó en 1997. Pero Zandra Rhodes también se transformó en un símbolo del estilo Diana: pese a que la diseñadora era una favorita de la subcultura y el underground más punk/new wave, Diana la escogió para llevar varios de sus trajes a principios de la década de los ’80. Y en 1995, llevó un ajustado modelo rojo corto y brillante de factura Christian Lacroix, otro rebelde pero francés.
Fotos: Zimbio.