Fotos: Kevin Cortés (@_kevcortes)
Ostentosidad, belleza y moda son tres atributos que llaman poderosamente la atención de
los turistas al pasear por la ciudad española durante la segunda o tercera semana de
marzo. Y es que en Valencia durante estas fechas se celebran Las Fallas, una fiesta
declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, donde además de seguir
antiguas costumbres y quemar enormes figuras, las valencianas lucen unos particulares
trajes -inspirados en la forma de vestir de las mujeres de Valencia en los siglos XVIII y XIX-,
que no pasan desapercibidos.
Las piezas además de ser muy tradicionales y seguir prototipos fijos, son bastante costosas.
Éstas van desde un millón de pesos hasta máximos que superan los 9 millones. Pero tal y
como nos han contado algunas valencianas, siempre está la opción B, que puede ser la
confección casera o compra de segunda mano.
Pero, ¿cómo se desglosa el traje de una fallera? Partamos por los pies: una valenciana se
viste con zapatos forrados con la misma tela del traje. Las piernas van siempre con medias
de seda o algodón y no importa el diseño. Lo que sí importa es el volumen de las faldas, el
cual está dado por las enaguas que se acompañan de una crinolina (el armador o la
estructura que sirve de molde). El tejido de la falda es diverso, podemos encontrar seda,
algodón o rayón, liso, estampado con flores u otros motivos, pero siempre vegetales. Sobre
esta prenda, se coloca un delantal, que además de hacer juego con el vestido, está
decorado con llamativas figuras formadas por los bordado en hilos de oro o plata. En la
parte superior del traje llevan una chambra (ropa interior femenina de la segunda mitad del
siglo XIX) y sobre esta, el corpiño, que generalmente está hecho con la misma tela que la
falda.
Pero lo llamativo no está solamente en los volúmenes de sus trajes y en el brillo de la seda
o del hilo, ya que sus peinados estilo Princesa Leia de Star Wars y la decoración de éstos,
hace que más de alguno se detenga a mirar (y quiera observar de cerca). Acá destacan las
tres peinetas falleras -piezas de orfebrería hechas de latón con baño de oro o plata-, y las
trenzas que forman tanto el moño de atrás como los rodetes en espiral del costado, los
cuales por su dimensión, generalmente, son postizos y están armados con pelo artificial o
natural.
