La nueva forma de hacer las cosas ha comenzado a tocar las puertas de las más grandes empresas y conglomerados en todo el mundo. La presión social, la transparencia y los estudios han demostrando que la gran cantidad de sobreproducción debido a la descontrolada demanda mundial ha generado sin pensar en nada más que los números finales de cada mes una violenta bola de nieve de contaminación ambiental y malas practicas frente a los derechos de los trabajadores. Hoy las reglas del juego han cambiado: el consumidor comparte, estudia y quiere saber más sobre las marcas, compra o castiga. Entonces, ¿la sustentabilidad para las empresas de moda es un gasto que se verá reflejado en su rendimiento comercial? ¿Será una perdida de dinero? ¿Volverán a ganar alguna vez lo que están ganando hoy cuando implementen estas nuevas estrategias? Analicemos.
El Fast Fashion es un modelo de negocios insaciable, un monstruo que no parará jamás y que la ONU catalogó como “Emergencia Medioambiental”, pero si el consumidor es educado de la manera correcta, premiará marcas que tengan estos nuevos valores tan importantes para nuestro entorno que veremos reflejado en el futuro para las nuevas generaciones. Las empresas están implementando procesos menos ofensivos reduciendo el uso de energía, agua y huella de carbono que si lo pensamos a gran escala, son costos fijos que las empresas comienzan a dejar de tener, sustituyéndolos por nuevas tecnologías que reducen estos gastos desmedidos. El primer gran paso para que estos cambios sean rentables tiene foco a producir más con menos, enfocado a una manufactura limpia unida a la innovación y al hacer eficiente, debido a que se han acelerado todos los procesos y costes de lanzamiento de colecciones anuales prácticamente todos los meses. Se debe utilizar tecnologías que reduzcan tiempo, organicen de manera exacta invirtiendo en fábricas que están en países poco desarrollados. Los grandes holdings están
obligados a adaptarse o morirán en el intento de sobrevivir igual como están.
Hacerse cargo de los restos de la producción, crear algo nuevo, es una excelente manera de poner fin al circulo completo y poder recuperar dinero. De la misma forma, reclutar las prendas de la mismas marca usadas, transformarlas y volverlas a colocar en el mercado como una nueva son excelentes ideas para extender la vida de una prenda, reduciendo costos y tiempo en la producción de este. A largo plazo estas prácticas serán un cheque a fecha, agregando gran valor a la marca, seriedad, transparencia y confianza. Re-estructurar la forma de trabajo, producir según demanda y evitar la sobre- producción son claves.
Certificaciones, procesos con garantías, aún tanto por hacer, justificar y
transparentar, todo un desafío para este circulo vicioso que al parece no terminará
jamás.