Estamos acostumbrados a escuchar Balmain e imaginarnos brillos ajustados, cinturones grandes y chinoiserie brillante casi en plástico. Pero hubo una época, mucho después de aquella original del fundador, en la que la casa francesa sobresalió por una sencillez clásica y un look mucho más María Antonieta que Kim Kardashian. ¿Cuándo fue esto? Entre 1992 y el 2002, años en los que Oscar de la Renta se mantuvo como Director Creativo de la firma.
Pierre Balmain fue cercano a Oscar de la Renta en los años ’60, cuando se encontraron en París y en otros lugares como embajadores de la alta costura. Pero luego de su muerte, el legado de Pierre venía de la mano de Erik Mortensen y Herve Pierre, hasta que en 1992, el clásico de la Renta aseguró su lugar. Lo primero que hizo fue lanzar trajes de corset y falda amplia, siguiendo el estilo de la tradición francesa. También mostró ajustados trajes negros o LBD, hasta smokings femeninos y otros ejemplos monocromáticos, siempre llevados por Christy Turlington, Helena Christensen o Claudia Schiffer, entre otras top models.
Con el tiempo, la sencillez de Balmain bajo de la Renta fue lo más clásico que veríamos sobre la pasarela. Porque llegó la década del 2000 y con eso, los creativos como Galliano y McQueen, siempre más arriesgados, comenzaron a tomarse completamente la alta costura en sus shows con invenciones mucho más oscuras, extravagantes e intrincadas. Así, el trabajo del dominicano llegaría a su fin el 2002, cuando luego de un breve periodo de Laurent Mercier vendría la gloria de Christophe Decarnin, la que abrió el estilo actual de Balmain.
Fotos: Models, Natalia Vodianova blog, Zimbio.
