AMUR, la firma que realiza prendas sustentables sin dejar de lado lo femenino

AMUR, la firma que realiza prendas sustentables sin dejar de lado lo femenino

La idea de la marca de moda sustentable AMUR, que significa A Mindful Use of Resources, surgió por primera vez después de que su directora creativa, Sofia Shannon, experimentará un cambio en la forma en que comenzó a vivir y comprar, empezó a elegir productos que se hicieran de manera saludable, consciente y sustentable. Posteriormente, decidió dejar su trabajo y crear una colección que se alineara con su estilo de vida.

“Llegué a un punto en el que aprendí que la moda es la segunda industria más contaminante del mundo, y tuve que hacer un cambio. Sentí que era necesario hacer las cosas de una manera diferente y mejor “, declaró la diseñadora.

AMUR combina el amor de Shannon por el diseño moderno y femenino, al mismo tiempo que trabaja para disminuir el impacto negativo de la industria al medio ambiente y proporcionar empleos para los artesanos del mundo. Todo esto sin sacrificar la estética de la moda sustentable. “El uso consciente de los recursos significa estar al tanto de nuestras elecciones con respecto a lo que usamos para confeccionar las prendas. Ya sea una selección de materiales, procesos o proveedores, tratamos de tomar las mejores decisiones basadas en el impacto que tenemos sobre el medio ambiente”, explica Shannon.

La marca se compromete a trabajar con sólo tres categorías de fibra: natural (algodón orgánico, seda, lino y cáñamo), celulósica forestal (como cupto, que se hace con restos de linter de la producción de algodón) y regenerado (material de desecho hilado en fibra). La diseñadora estudia cuidadosamente el impacto medioambiental de cada prenda en sus colecciones.

Shannon quiso encontrar un encaje ecológico y no lo consiguió del todo, por ello, se puso en contacto con varias fábricas de todo el mundo y las conectó con diferentes proveedores de hilo que están desarrollando un producto innovador hecho de botellas de plástico reciclado. “Todos pensaron que estábamos locos. Pero después de insistir, los convencimos de que lo probaran. Fue un desarrollo muy emocionante porque nadie más lo está haciendo”, dice Shannon. “Un vestido de poliéster podría tomar 200 años para biodegradarse. Así que cuando conseguimos nuestras propias telas de encaje hechas con el hilo reciclado, fue un día muy feliz”.

Fotos: Amur.

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Amelie
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