Florencia Broussain es Diseñadora Integral de la PUC, asidua al vestuario a través de cursos y fundadora de Alzalavista, una marca que encontramos hace un tiempo en Hall Central. Piedad Aguilar estudió Arte en la PUC, Diseño de Vestuario en Buenos Aires y el 2010 se transformó en Directora Creativa de Hall Central por cuatro años. Ambas han deambulado entre la docencia, el vestuario, organizaciones varias –Inhouse Branding es el de Broussain y Aguilar participa de Moda Chile/ MOB-, lo que de alguna manera las unió a través de una idea mayor: formar un proyecto que potenciara a diseñadores chilenos en el extranjero. Y así nació FID.Ch en 2016, el cual comenzar a operar este año donde también incluyeron a Javiera Angulo. “FID.Ch es una corporación cultural sin fines de lucro que tiene como finalidad ser un puente entre el diseño de moda nacional y el mercado global. Queremos, por medio de distintas actividades como charlas, encuentros o showrooms, activar la industria local, mejorar la opinión sobre ella, potenciarla en las distintas áreas que congrega y exportarla al mundo. Creemos que por medio de la exportación, la industria local puede reactivarse y convertirse en una fuente rica de desarrollo laboral y creativo. Nuestro sueño es generar una unión latinoamericana que potencie la región, generando una oferta competitiva y de calidad internacional”, nos cuentan en esta entrevista.
¿Cómo formaron esta corporación y quiénes la componen?
En el 2016, nos encontramos (Florencia y Piedad) en Londres, para ver un desfile de una compañera del máster de Piedad. Florencia estaba en un viaje con su empresa Inhouse Branding generando contenido para distintas marcas durante los fashion weeks. Durante este viaje, Florencia se encontró con distinta gente vinculada a la moda con el fin de conocer su punto de vista sobre la moda chilena y cómo ésta podía o estaba inserta en el contexto mundial.
Florencia y Piedad
Al volver Piedad a Chile, Florencia la invitó a que armaran un proyecto juntas que potenciara la moda nacional y la hiciera visible para el resto del mundo. Piedad aceptó y propuso sumar a su amiga Javiera Angulo, quien había trabajado en la municipalidad de Lo Barnechea generando distintos tipos de proyectos culturales. Y así partió FID.Ch. Somos las tres socias, nos formamos legalmente el 2017 pero venimos trabajando desde el 2016. Este año acabamos de hacer nuestra primera actividad y activamos nuestras redes sociales.
-De acuerdo a sus experiencias personales, ¿de qué manera podrían aportar al imaginario actual de la moda chilena?
Más que aportar al imaginario de la moda chilena actual buscamos mostrarla, ponerla en relevancia y aportar a su desarrollo. Por mucho tiempo, la moda chilena no fue considerada como algo comercial, de calidad o que pudiera competir con marcas internacionales que existían en el país; hoy esa mirada cambió. Si pensamos en la moda chilena, en la industria textil maravillosa que alguna vez tuvimos, en los nuevos talentos, los nuevos espacios que hay acá y en el mundo para mostrar lo propio y los ejemplos de países vecinos, podemos empezar a creer de nuevo en que sí tenemos algo en lo que aportar, desde un lugar propio, a la moda mundial. Todo está en generar las instancias, trabajo que queremos asumir como corporación. Creemos que nuestro aporte va por el lado de promover instancias de discusión y desarrollar plataformas de comercialización o difusión con una mirada crítica y de futuro. En Chile hay mucho talento y cada día más diseñadores se forman en el país. Nuestro aporte está en ayudar a poder potenciar sus diseños de manera nacional e internacional.
Alzalavista e Inhouse Branding, dos de los emprendimientos de Florencia Broussain
-¿Qué sienten qué le hace falta a nuestro país para que la moda sea comprendida como industria que aporta, al estilo de otros países internacionales?
Educación en el consumo. Si como chilenos y público objetivo que somos empezamos a cambiar un consumo masivo de marcas fast por un consumo más consciente de marcas nacionales, que tienen prendas de mucha mejor calidad y diseños atemporales, estamos partiendo por algo. Toda marca para vivir tiene que vender. Lo que han hecho países de la región como Colombia, Brasil o Perú es empezar a consumir lo local. Así, ellos mismo se vuelven sus clientes objetivos y no sólo el público extranjero. Si consumimos moda chilena, vamos a necesitar más telas, más hilos, más mano de obra. Van a haber más diseñadores de los que hablar y más desfiles a los que ir, más artículos que escribir y así, se reactiva la industria. A medida que la industria se potencie, entidades privadas y gubernamentales empezarán a generar fondos específicos y leyes de protección, apoyo y desarrollo y así Chile va a volver a tener un producto diferenciador a nivel global. Por otro lado, también falta sincronía y trabajo colaborativo, pensar de manera crítica y estratégica y creerse el cuento de que somo capaces de generar una identidad de diseño con productos de relevancia.
La marca Ten Piedad y Hall Central, dos proyectos anteriores de Piedad Aguilar
-¿Cómo es percibida la moda chilena en el extranjero según lo que han podido documentar?
No se conoce. Salvo algunos casos, que en su mayoría son los diseñadores que para poder dedicarse a esto en buenas condiciones, se han ido a vivir fuera del país. El referente más evidente es la geografía, esta multiplicidad de climas y paisajes que tiene nuestro país, y que estamos lejos, bien lejos. Todavía no se logra mostrar el ingenio que han tenido muchos diseñadores para hacerle la pelea a la falta de insumos, a los impuestos altos y al fast fashion que entra como quiere a Chile, y aún así generar prendas de calidad, que están a la altura de cualquier mercado. Cuando una marca sale del país y eso se sabe aquí, a esa marca se le empieza a mirar de otra manera absolutamente diferente. Eso ha pasado con muchos diseñadores que salen a mostrar sus colecciones afuera y al volver tienen al público chileno interesado en su trabajo. A nivel mundial somos atractivos porque somos raros, porque nuestro nivel de desarrollo menos avanzado genera industrias más pequeñas por ende más sustentables, en donde los procesos son más cercanos a las personas. Somos un mercado en expansión que se vuelve atractivo cuando se buscan cosas nuevas. Lo único que nos falta es salir a mostrarlo y comunicarlo.
“En FID.Ch decimos que no nos casamos con nadie. No nos interesa rendirle pleitesía a ningún organismo en particular, si no que sumar todas las fuerzas posibles, todos los gremios, fundaciones, organizaciones, entidades públicas, que trabajen en moda. Si no nos juntamos todos y hacemos de esto una sinergia común, va a ser mucho más difícil. Por ejemplo, en la pasada “Escuela Abierta”, primera semana de la moda de AIEP, trabajamos en conjunto para la organización con el instituto y también estuvo Sofía Calvo de Quinta Trends, Pablo Galaz de Fashion Revolution, SAIFF, más otros profesionales que trabajan en el rubro, cada uno aportando con lo suyo. Todos juntos haciendo que estos días fueran los más enriquecedores posible para los alumnos y en donde se pudiera hablar y cuestionar la industria de moda local.
Así, en conjunto, se pueden lograr más y mejores cosas.”
Fotos: Instagram.