En este mes de marzo donde la palabra “mujer” se sigue modificando, los conceptos arcaicos de lo que deberíamos ser se siguen debatiendo. En los tiempos del #MeToo, donde el ocho de marzo vivimos una marcha potente en plena Alameda, la muñeca más popular se ha tenido que reinventar e ir de la mano con el discurso actual. Coincidiendo con el 60 aniversario de la marca, analizamos la evolución de uno de los juguetes ejemplos para las niñas.
Para muchos Barbie sigue siendo la muñeca rubia de ojos azules e imposiblemente delgada creada por la empresaria estadounidense Ruth Handler en 1959. En aquel entonces, fue considerada revolucionaria, pues era la primera muñeca adulta ofrecida en una época en la que los bebés de juguetes dominaban el mercado ya que permitían a las niñas fingir ser madres.
Con el paso de los años la muñeca ha sido objeto de críticas, particularmente debido a la preocupación por el impacto que Barbie tiene en la autoestima de las niñas, algunos estudios realizados durante la última década han hallado que las niñas que juegan con Barbie son más propensas a querer ser delgadas. Barbie también ha sido señalada por no representar la diversidad étnica de las mujeres alrededor del mundo.
Bajo estas críticas Mattel (compañía detrás de Barbie) ha intentado modificarse y enfrentarlas, además de mejorar sus ventas tras una caída de estás. Project Dawn en 2016 volvió a poner a la muñeca como la opción más popular entre las niñas, el proyecto significó el lanzamiento de nuevas Barbies en siete tonos de piel, 24 tipos de pelo, 22 colores de ojos y tres nuevas formas de cuerpo (curvilínea, alta y pequeña) como parte de su línea Fashionistas.
El impacto fue inmediato y las cifras de ventas de Barbie aumentaron un 7% hasta alcanzar 972 millones de dólares tras la renovación; la muñeca más vendida de la gama ese año fue la latina curvilínea. Ahora, la mitad de las muñecas Barbie que se venden no son de la línea original y la compañía reportó en febrero sus ventas más altas en cinco años. “Esto valida realmente la estrategia de evolucionar la marca y crear una mayor inclusividad y diversidad en la oferta de productos”, dice Lisa McKnight, líder global y vicepresidenta senior de Barbie.
“Seguimos siendo relevantes al ser fieles a nuestro propósito original, es decir a la visión de nuestra creadora Ruth Handler para ‘inspirar el infinito potencial en cada niña”, explica la marca. Esto incluye muñecas Barbie de mujeres ejemplares, que en el pasado ha incluido a figuras como la artista Frida Kahlo, la modelo de talla grande Ashley Graham, la bailarina Misty Copeland y la directora de cine Ava DuVernay.
El 60 aniversario de Barbie representó el lanzamiento de 20 muñecas nuevas de mujeres ejemplares de 18 países del mundo, incluyendo a la actriz estadounidense Yara Shahidi, a la modelo británica Adwoa Aboah, la científica griega de la NASA Eleni Antoniadou y la fotógrafa china Chen Man.
A pesar de los esfuerzos, algunas investigaciones sugieren que las muñecas profesionistas de Barbie, que van desde una astronauta hasta una bombero, no necesariamente están haciendo que las niñas sean más ambiciosas. De hecho, las tensiones entre el legado de Barbie –y su estatus como exuberante mujer rubia en la cultura popular– y el deseo de la marca de promover la equidad de género y la diversidad, está demostrando ser un reto permanente para Mattel.
“Barbie es un celebrado ícono cultural global y honramos eso”, explica McKnight. “Nos sentimos muy afortunados de ser los actuales representantes de una marca que ha resistido las pruebas del tiempo y que tiene resonancia con tres generaciones de niñas”. Sin embargo, la líder global de Barbie reconoce que todavía queda trabajo por hacer. “Hay gente que tiene una visión anticuada de la marca”, dice McKnight, añadiendo: “Básicamente, estamos intentando que la sociedad se enfoque no tanto en lo que Barbie es, sino en lo que inspira”.
Fotos: Vogue, El Milenio, Pinterest, BarbieStyle
