Llegó a Chile desde Argentina estableciéndose en Valdivia para desarrollar una idea firme en convertir el mundo de la ropa interior en un lienzo para unir sus ideas, diseños y además, creencias. Porque con Toru & Naoko, Camila Leguizamón ha mostrado desde distintas propuestas mucho más entretenidas que las tradicionales del retail pero además, llega a incluir en sus campañas mensajes que van en contra del doble estándar, la censura y otros tópicos.
¿Cómo llegaste al diseño de lencería, quiénes fueron tus referentes y por qué decidiste tomar éste camino y no el de diseño de vestuario en general, por ejemplo?
En realidad estudié Diseño de Vestuario pero siempre estuve más interesada en el lado de la labor manual que en el mundo de la moda en general.
Comencé a dictar clases de moldería y costura en mi ciudad y de ahí surgió la curiosidad por la lencería. Con la idea de armar un curso para mis alumnas y poder enseñarles lo básico del diseño y confección de ropa interior y corsetería, me enamoré de la lencería, principalmente del proceso de confección, la delicadeza de las telas y el detalle de las prendas. La relación de la mujer con la lencería fue lo que terminó de hacerme notar que diseñarla era el camino que quería seguir.
En una entrevista, dijiste que la ropa interior apuntaba a querer sentirse bien. Con la industria abierta hacia nuevos tipos de siluetas femeninas y marcas para todo tipo de tallas, ¿crees que hoy se ha logrado esto a través de la oferta que existe? ¿Es algo que planteas con tu marca?
Creo que la industria está cada vez en mejor camino, pero todavía falta mucho que lograr. No tanto desde el diseño de productos sino desde la forma en que se retrata a la mujer. Todos hemos visto fotos de campañas que la muestran con joyas, usando tacones, rodeada de rosas y con un cuerpo perfecto. Necesitamos ver más mujeres comunes en las campañas, para aprender a aceptarnos y querernos tal cual somos y dejar de lado ideales casi inalcanzables.
En cuanto al tema tallas, el retail en general tiene mucho que mejorar. Las tallas de sostén van del 28 al 44 y de la copa A a la K pero muchas mujeres no conocen su talla y viven creyendo que los sostenes terminan en copa DD. Como marca, ofrecemos el servicio de confección a medida ya que resulta muy costoso producir docenas de tallas pero aún así no queremos dejar a nadie afuera.
¿Cuáles son las claves en las que toda mujer debe fijarse para adquirir un conjunto adecuado de ropa interior?
La talla es clave; el medirse bien y aprender cual es tu talla correcta. Si se usa sostén con barba, la barba debe estar completamente apoyada sobre el cuerpo, (nada de flotando entre los pechos), la espalda debe estar en línea recta con el frente del sostén, si se sube es porque se usa una banda muy chica. La banda del sostén debe aportar el 90% del soporte, los breteles son casi accesorios, si se te hunden en los hombros no es tu talla y terminaras con dolor de espalda.
En cuanto a calzones, nunca comprar nada que no tenga refuerzo de algodón, ¡es imprescindible! Cuando se usan telas de alto contenido sintético nos exponemos a riesgos.
¿Cómo ha sido tu experiencia de liderar de alguna manera el mundo de la lencería de autor en Chile?
Es un lindo camino, todavía estoy aprendiendo. Ha sido mucho más fácil insertar la marca en Estados Unidos que en Chile, aquí mucha gente todavía no se anima a comprar online y como marca independiente nos es imposible estar en un mall. Los espacios en el medio -como en Barrio Italia-, son pocos y poco transitados.
Una de las cosas que más disfruto es dar clases, enseñarle a otras mujeres a hacer lencería, ojalá surjan muchas marcas más y con ello más consumidoras de diseño independiente.
¿Crees que hoy ha cambiado la percepción de invertir un poco más en ropa interior por parte de las chilenas?
Creo que si, pero falta desinhibición. La mujer chilena promedio es muy conservadora. Las transparencias no son muy aceptadas y muchas mujeres temen usar cualquier sostén que no tenga un mínimo de relleno para que no se noten los pezones.
¿Cuáles son los peores errores o lugares comunes que se repiten según tu experiencia en el rubro por parte de las consumidoras?
La elección de talles; de vez en cuando hay clientas que asumen que tienen el mismo talle en distintas marcas. Siempre hay que mirar la tabla de talles antes de comprar.
Cuéntanos sobre tu experiencia en Lingerie Fashion Week en Nueva York.
Fue súper interesante. La marca recién tenía nueve meses de vida y todo lo hacía yo junto a una señora en Valdivia. Fue mi primer acercamiento con la prensa y clientes mayoristas de New York. Hoy en día seguimos vendiendo en las tiendas que nos contactaron esa vez, además conocí gente de la industria que me ha ayudado en distintas circunstancias, desde bloggers hasta fotógrafos con los que he colaborado.
Según lo que has visto a través de tus ventas en la tienda online de Toru & Naoko, ¿cuáles son las diferencias más notorias que existen entre las consumidoras de ropa interior de acuerdo a las zonas de donde las encargan?
A nivel mundial no he notado grandes diferencias, en cuanto a las clientas de Chile, muchas se sienten más cómodas con todo lo que no tenga transparencias. Vendemos más la línea Tempest que está confeccionada en lycra con algodón y encaje. Además de todo lo deportivo, también confeccionado en lycra con algodón.
¿Cuáles son los planes que se vienen a través de tu marca y oficio como diseñadora de lencería?
Tengo pensado dedicar más tiempo a dar clases, además de diseñar una línea de moldes digitales y kits de costura para que más personas se animen a confeccionar lencería. Esto lo haré aparte de la marca, en un nuevo emprendimiento que se llama Studio C.
En cuanto a Toru & Naoko, se vienen nuevas colecciones muy pronto, además empezamos a ofrecer nuestros productos en Tienda Yegua en Barrio Italia, para que nuestras clientas se puedan probar los diseños y tocar los productos que tanto ven por Internet.
Por último, cuéntanos qué canción, película e icono te inspiran.
“Sirens” de Pearl Jam, Pulp Fiction (1994) y Audrey Hepburn.
Fotos: Pinterest, Toru & Naoko.