Luego de observar el notable hacer de Vidal Sassoon las dos últimas semanas, surge la necesidad absoluta de ahondar en el contexto de este diseñador, que se hizo cargo del remate superior de la silueta femenina en los 60 y 70. En ese acto de búsqueda aparece un nombre que se repite: Peggy Moffitt.
Peggy Moffitt nace en California el año 1939. Inaugura su acercamiento al ámbito del cine y la fotografía el año 1958, al aparecer en la película “Senior Prom” (escena de su participación en el siguiente video:).
Ese mismo año comienza a ser pareja del fotógrafo William Claxton, quien desde 1956 estuvo involucrado con Rudi Gernreich en el registro de su propuesta en vestuario. El año 1962, luego de casarse con Claxton, Moffit comienza a trabajar como modelo del diseñador lo que constituiría una potentísima unión, ya que ella se transformaría en su favorita: le otorgó identidad única a sus propuestas en las producciones de moda que difundirían cada una de las colecciones, su pesado maquillaje de ojos inspirado en el teatro Kabuki japonés y su corte de cabello diseñado por Vidal Sassoon, llamado “de cinco puntas”, fueron los aspectos determinantes de esta situación.
El punto fuerte del trabajo de este trío diseñador – fotógrafo – modelo, fue el año 1964, cuando Gernreich diseñó su pieza de vestuario hito: el monokini, prenda que analizamos en el siguiente artículo de este segmento hace algunas semanas. Moffit tuvo el atrevimiento y la audacia para modelarlo, lo que la consolidó como su musa inspiradora. Nada menos… y la relación fue eterna, tanto que luego se convirtió en su colaboradora, a tal nivel que luego del fallecimiento del diseñador el año 1985, ella es la titular de su marca y diseños. Desde este ámbito se ha dedicado a difundir el trabajo de Rudi Gernreich permitiendo exhibiciones de algunas piezas en muestras de arte, trabajando en la edición de un libro recopilatorio de su trabajo y firmando un contrato con Rei Kawakubo, diseñadora creadora de Comme des Garçons, para rehacer algunas propuestas y ponerlas a disposición del mercado.
Moralejas:
1. Su “forma” basada en un genotipo particular (fuera de la belleza “tipo” de la época), en la “construcción” como elemento nuevo de algunos de sus “momentos corporales” (pelo, ojos), más, el modo de portar aquello, constituyeron la fuerza del por qué ella es un hito absoluto de este período.
2. Sin duda la relación Moffit – Gernreich es determinante en la Historia del Vestuario, ya que sin ella, el legado tal vez hoy no existiría como acto vívido. Un pensamiento – obsequio a mis queridos amigos diseñadores de vestuario.
Buena semana.