Bill Cunningham, para algunos un desconocido, para otros un hito viviente. Este fotógrafo de origen irlandés, dejó una huella en las personas que lo conocieron, no sólo por su trabajo sino por su sencillez y calidad humana. Cunningham, quien murió el pasado sábado de un derrame cerebral, se caracterizó por documentar durante toda una era el Street Style. Él no solo se preocupaba por retratar a los distinguidos personajes neoyorquinos o aquellos de vestimentas impecables, Cunningham también capturaba lo que para él era moda, y por extraño que parezca terminaba convirtiéndose en una tendencia tiempo después.
El fotógrafo de 87 años, se distinguía por su vestimenta, siempre chaqueta de mezclilla azul, pantalones caqui y zapatos negros, y claro, su bici y su cámara nunca podían faltar. Aunque por razones del seguro de salud, Bill aceptó trabajar para el New York Times, consideraba que su independencia era lo más valioso que tenia, y pues atarse a una empresa le restaba libertad.“Una vez que le perteneces a la gente”, decía, “pueden decirte qué hacer. Así que no dejes que lo hagan”.
Hoy le hacemos un homenaje a este artista visual por lo que fue su trabajo durante más de 40 años, con una lista de 5 curiosidades sobre su vida.
Bill se mudó a New York luego de ganarse una beca para estudiar en Harvard, pero ahí sólo duró muy poco, pues él pensaba que era un “iletrado” y que era una persona visual, que no tendría futuro en ese lugar.
Desde muy joven se interesó por la moda, y sus primeros pasos por ese mundo fue en la fabricación y el diseño de sombreros de fieltro, lo cuál cambiaría a los pocos años por una cámara fotográfica.
Para Bill el dinero nunca fue importante. Desayunaba casi todos los días una taza de café, una salchicha, huevos y queso por menos de 3 dólares. No iba al cine ni tenía televisión.
Vivía en un pequeño apartamento en New York, rodeado de archiveros. Su cocina fue modificada para colocar muebles que servían para guardar todas sus fotografías.
Fue homenajeado en Bergdorf Goodman, New York, donde colocaron un maniquí de tamaño natural, inspirado en su imagen. En 2008, el gobierno francés le otorgó la Legión de Honor.