Amy Adams es de aquellas actrices que siempre parecen lucir perfectas. Si bien posee un estilo relajado en su vida cotidiana, quién alguna vez interpretara a una princesa de Disney ha logrado consagrarse como una de las mejores a la hora de pisar la alfombra roja. Sencilla, alejada de los paparazzi y con una fuerte convicción de no ser una Hollywood Girl, la actriz ha sabido destacar en cada una de sus apariciones, siendo considerada parte del llamado grupo de “chicas normales” de Hollywood.
Nada de personal trainers ni dietas estrictas y/o exclusivas. Amy no está en busca de cumplir el canon de belleza que Hollywood exige. Si bien todos (o muchos) podemos estar de acuerdo con que además de guapa posee una bella figura, la actriz no quiere esclavizarse bajo el concepto de “perfección”; en sus propias palabras “La perfección no es ni normal ni interesante. Algunas actrices hablan públicamente de sus dietas, bien por ellas. Pero yo francamente no lo entiendo”.
Amy no busca ser un rol a seguir, ni un estandarte de belleza o delgadez. Por el contrario, destaca por su duro trabajo, por ser una “nerd” como ella misma se denomina y su constancia para conseguir lo que quiere. Le gusta la moda, pero no se desvive por ella. Tiene buen ojo, no deja que elijan por ella y suele elegir vestidos simples pero con un pequeño toque de osadía y atrevimiento cuando llega la hora de pisar la alfombra roja. Esto mismo la ha llevado a destacar cada vez que pisa una o asiste a un evento. Su rostro, su cabello y su corporalidad exudan elegancia
