Aquí no hubo memo como en los Grammy, pero de alguna manera los estilos de las asistentes estuvieron bastante alejados de los vestidos reveladores a los que nos acostumbramos en años anteriores. Desde Faloon Larraguibel hasta Kel Calderón, todas aprendieron de Carolina Mestrovich y su sencillo pero elegante Claudio Mansilla del 2012, el mismo que vistito a varias con distinta suerte este año.
La más elegante sin embargo, no llevó a diseñadores chilenos; Tonka Tomicic estaba lista para los Oscars con un Roberto Cavalli más recatado que el resto de sus colecciones, blanco con plateado en moño alto, caminando segura por la alfombra roja. La siguieron Fernanda Urrejola en un sencillo vestido verde de Herve Leroux, Faloon con un Claudio Mansilla, quien también vistió impecablemente a la misma Mestrovich pero no acertó con el vestido tipo smoking de Marcela Vaccarezza.
Catalina Pulido había anunciado un Elie Saab, creando altas expectativas; pero apareció con un modelo que no favorecía en nada su figura, y lo hacía ver como vestido maternal. Pampita llevó uno de los más diferentes vestidos de la noche, un floreado strapless de Carolina Herrera, mientras Antonella Ríos sacó un Matías Hernán rayado que mantuvo varias tendencias en un solo traje. Francisca García Huidobro tampoco atinó con su Nicanor Bravo que tenía una falda similar a una lámpara, mientras Maura Rivera se equivocó de ocasión con su revelador Vedelia Donoso. Pero esta vez si primó la sencillez por sobre el lujo discotequero, en una alfombra roja mucho más elegante para el festival de Viña, donde Eva Gómez lució un Rubén Campos metalizado en plata y Carolina de Moras un Karyn Coo.