Diego Colán, quien cursa actualmente la carrera de filosofía en la Universidad Mayor de San Marcos, es uno de los diseñadores emergentes de Perú que más está dando que hablar. En 2005, entró a estudiar Diseño de Vestuario en Chio Lecca, y luego se especializó en Sastrería Masculina con el maestro Juan de Dios Alarcón y en Calzado, creando así interesantes propuestas que vende bajo su marca Bucéfalo. Te invitamos a conocer a uno de los incursionistas del diseño masculino en nuestro país vecino a través de la siguiente entrevista.
¿Cómo nació la idea de convertirte en Diseñador de Vestuario?
No recuerdo exactamente en qué momento decidí volverme diseñador, pero sí recuerdo ciertos eventos que de niño podría vincularlos a mi actividad actual, como la primera colección de trajecitos que dibujé para mis figuritas de Megaman, para los que dibujaba varias versiones de sus trajes de combate, o como cuando le dibujé a todos los Caballeros del Zodiaco armaduras paralelas para sus siguientes batallas. Creo que ese tipo de juegos de niño se convirtieron en cosa habitual para mí y ahora es lo que hago todos los días. Ya de adulto apareció una gran insatisfacción personal cuando adquiría prendas para vestir. Insatisfacción en cuanto al material, a la silueta, al corte y a las tallas, lo que me hizo buscar la posibilidad de entender la raíz del problema y estudiar Diseño de Vestuario.
¿Qué estudios has realizado, y dónde adquiriste las herramientas que te han llevado a ser hoy uno de los diseñadores promesa de Perú?
Cursé varios estudios de Diseño y Marketing de la Moda en Lima, pero no contento con esto, estudie Sastrería masculina a medida, de la manera más artesanal posible, con 22 medidas y hombreras hechas a mano y cosidas a mano también a la prenda. Y luego estudié Diseño y Confección de calzado; fue una carrera corta pero que me hizo dar cuenta de que mi verdadera pasión eran las cosas artesanales y bastante románticas, hacerlas una a una, sin importar el tiempo. El problema radica en que no sé qué tan funcional pueda llegar a ser mi método de confección en tiempos globalizados como éstos. Tal vez ya soy un dinosaurio en términos de producción.
¿Por qué diseñas ropa masculina y hace cuánto tiempo?
Diseño y confecciono ropa masculina por el simple hecho de ser hombre. Entiendo mejor la naturaleza masculina y eso me hace entender con mayor facilidad los movimientos, el entorno, la comodidad y los aspectos relacionados al físico y a las necesidades del portador. Sé cómo se mueve un hombre y sé qué cosas serían incómodas o necesarias, cosa que no sé si me pasaría con la ropa femenina. Llevo trabajando con textiles hace cuatro años y en calzado y accesorios aproximadamente hace 3 años.
¿En qué desfiles o proyectos has podido participar? ¿Cómo fue el camino recorrido para llegar donde te encuentras hoy?
Llevo participando entre desfiles y proyectos personales hace alrededor de 5 años. Empecé con un proyecto compartido con un amigo en el 2007 que se basaba en rescatar prendas antiguas, refaccionarlas y ponerlas a la venta sin alterar su silueta o personalidad. Luego participé en el concurso de Jóvenes Creadores de PeruModa en el 2008 y de ahí me dediqué a especializarme en calzado tomando cursos de especialización en Bogotá. Allí trabajé en una tienda de papelería y el año pasado estuve presente en el evento Cusco Always In Fashion, que dentro de todas mis partipaciones fue la que más me gustó y la que me permitió explorar todas mis habilidades sin ningún tipo de restricción. Coincidentemente, la semana pasada participé en la Feria de Moda Speed Fashion, dentro de una faceta bastante comercial. Hoy estudio filosofía paralelamente al trabajo que desarrollo como diseñador, lo que impide que me separare por completo de una u otra actividad. Creo que no podría dedicarme solamente a una de estas dos carreras; me frustraría separarme o unirme por completo a estas dos cosas que tanto me apasionan.
¿Cómo defines tu marca y tu cliente habitual?
Mi cliente debe ser una persona que sepa exactamente lo que busca y que tenga la actitud suficiente para usar calzado de vestir, cuando la regla común llama a usar zapatillas o sandalias. A veces puedo creer que al adquirir uno de mis productos, es porque mi cliente llega a preocuparse un poco más por su aspecto personal que por necesidades de comodidad o practicidad. Es un poco más difícil explorar o arriesgarse en el ámbito creativo con el calzado o con prendas clásicas ya que por lo general no se intenta hacerlo en ese rubro, cosa que sí puede pasar en cuanto a zapatillas, denim o algodón; hay mucho más libertad de exploración. Lo irónico de ésto es que no tengo un rango de edad establecido para mi cliente, me han buscado tanto personas de 22 como de 60 años. Esta diversidad es lo que me permite jugar con elementos, colores pero sin perder nociones más establecidas de estética.
¿Crees que tus colecciones van de acuerdo al gusto masculino par el vestuario o propone nuevos parámetros?
Creo que propongo algo, sin embargo no es algo nuevo, solo estoy rescatando conceptos y elementos que siempre estuvieron ahí y que ambientados a una época actual pueden ser funcionales sin perder su estilo. Mis nuevos parámetros son parámetros rescatados, soy como un reciclador de estilos, que en realidad es el verdadero tema de la moda.
¿Cómo ves el diseño emergente peruano?
No quisiera arriesgarme a decir algo excesivo ya que al menos en el rubro que yo manejo al menos no tengo competidor directo, no hay quien haga calzado a medida o ternos a medida o simplemente prendas para caballeros. Siento que hay mucha gente que se ve influenciada por gustos externos o modas que nacieron en otro lado, olvidándose de lo importante que es trabajar con su propia identidad. Es por esto que la moda brasilera me parece tan increíble, son fieles a ellos y a su gente, no tiene necesidad de estar viendo qué se hizo afuera para usarlo en su país; ellos proponen algo y funcionan de maravilla.
¿Qué planes tienes para el próximo año?
Una de mis metas es encontrar dos puntos de venta concretos y constantes en Lima. Afortunadamente estaremos viajando a Brasil a principios de Abril y veré qué aventuras nuevas puedo encontrar por allá, sin olvidar mi promesa con Lima, para que ésta ciudad sea mi centro de operaciones. En Enero tocó aquí Fat Boy Slim para quien hice unas prendas el día de su presentación, no me gustaría descuidar ese pequeñísimo mercado, el cual me permite explorar dentro del diseño conceptual, sin restricción alguna y para eventos de gran magnitud. La satisfacción de ver a un cliente satisfecho y que en ese agradecimiento pueda con tus productos llegar a un montón de gente, es una experiencia bastante gratificante.