Comenzó con un neutral negro sobre vestidos y prendas que en un inicio hicieron pensar que el camino sería una nueva faceta gótica para el aplaudido diseñador Paulo Méndez; pero pronto, se desarrollaron diversas tendencias como el monocromático o un look de camisa cerrada y lentes redondos, que recuerdan lo desarrollado en los ’90 y hombreras a tono con la inspiración de los ’80, que también se mantuvo en combinaciones de color y prendas.
Estas tres características se mantuvieron presentes a lo largo de la colección, ya sea en pequeños detalles como guantes fucsias, sus ya clásicos juegos de pliegues sobre vestidos e incluso una look estilo bruja de Blancanieves 2.0 que evocaba más glamour que temor en una colección con muchos giros y sorpresas, pero en la cual el turquesa y fucsia fueron los reyes. Un espectacular vestido de este último color apareció casi al cierre del show para recordarnos porqué es uno de los diseñadores favoritos de las famosas para vestir en la alfombra roja.
