Es el periodista de moda con más trayectoria de nuestro país, el más reconocido y probablemente el más ácido y crítico. Cada martes, la revista “Ya” de El Mercurio nos muestra un nuevo artículo suyo, los que, sin embargo, no siempre son alusivos al fashion, porque Juan Luis también se interesa en un estilo de periodismo más narrativo, que cuenta historias alejadas de toda la grandilocuencia y majestuosidad de la moda. Ello le ha permitido ser dos veces finalista del Premio Periodismo de Excelencia. Su pluma no es patrimonio exclusivo de los fashionistas locales, los latinoamericanos también pueden disfrutar de ella gracias a su colaboración para Harper´s Bazaar Mexico. Le gusta la literatura, pero no sólo leerla, también crearla; ha inventado y reinventado una novela que aún no termina. Su tono de voz algo cansino no se condice con lo mucho que habla, es un interlocutor incansable. En Vistelacalle les mostramos lo que Juan Luis opina de nuestro fashion system, y damos un paseo por su basta trayectoria.
¿Cómo llegaste al periodismo de moda?
El periodismo de moda llegó a mi, supongo; no yo a él. Estoy en esto hace como doce años. Escribía cuentos en la Zona de Contacto y no tenía intenciones de dedicarme a esto; en algún tiempo pensé en la economía, nunca pensé en el periodismo de moda como una opción. O sea, si yo hubiera dicho en esa época que quería dedicarme a eso hubiese sido para que se mataran de la risa, incluso hoy existe ese prejuicio. Ahora, siempre me gustó la moda, siempre hacía figurines desde chico y estuve a punto de estudiar diseño teatral
¿Por qué no lo hiciste?
Yo no vengo de una familia acomodada, en lo absoluto. Todo lo contrario, vengo de un pueblo chico, de Punitaqui, de una familia de esfuerzo. Ya estudiar periodismo fue para mi un triunfo. Toda la vida estudié con beca. Por lo mismo, nunca pensé en estudiar moda, aunque como te digo siempre me gustó. Mi abuela que era costurera fue mi primera referencia y conexión con la moda. También me gustaba leer muchas revistas. La Vanidades fue mi primer acercamiento a ellas, pero fue una Vogue que no se como llegó a mi casa, por el año ochenta y tanto, la revista que me volvió loco. Sabía que podía soñar con lo que veía, pero no proyectarme en algo así. En definitiva, terminé periodismo, estuve un año cesante, entré a la Zona de Contacto a escribir cuentos y también redactaba artículos para la “Ya”, como uno más de los tantos colaboradores. Hasta que la mujer que escribía de moda para la revista dejó su puesto y me pidieron a mí que escribiera sobre fotógrafos de moda. Al parecer, les gustó mi estilo y empecé a hacer eso con más frecuencia. Me empezaron a pedir que ayudara con las producciones, a hacer fotos, fui aprendiendo en el camino, hasta que de repente me encontré que era la persona haciendo moda más seriamente en ese momento. Todo eso coincidió con que la revista decidió publicar semanalmente temas de moda, pero desde una visión más critica y de eso me tuve que encargar yo.
En todo el tiempo que llevas en esto, ¿cómo has visto que ha evolucionado el periodismo de moda en Chile? O, antes que eso, ¿se puede hablar que en Chile existe este tipo de periodismo?
No. Yo soy uno de los pocos que lo hace y los demás que se dedican a esto se quedan en la anécdota del diseñador; no hay un análisis, todo les parece fantástico y yo creo que eso mata el periodismo de moda. Está bien lo del glamour, el brillo, etc, pero son todos conceptos tan clichés, tan manoseados que terminan por aburrir. Me parece que a la gente quiere saber otro tipo de cosas.
¿Le ves proyección al periodismo de moda en Chile?
Mientras no haya industria de moda, no va haber periodismo de moda, van las dos cosas de la mano. Creo que el periodismo de belleza está mucho más desarrollado que el de moda. ¿Periodismo de moda?….nada, no hay mercado. Los diseñadores jóvenes aparecen y desaparecen con la misma facilidad y quienes le compran son sus mismos campaneros de universidad o su grupo de amiguetes, pero no es una cosa masiva. La gente prefiere comprarse un abrigo en Zara por $70.000 que mandarse a hacer algo con esa misma plata, porque juran que Zara es más moderno, porque juran que lo de Zara está mejor confeccionado, lo que es una mentira también.
¿Cuáles son los aspectos que más y menos te gustan de tu trabajo?
La posibilidad de viajar, de conocer gente, la posibilidad de juntarme con esa gente e intercambiar miradas y puntos de vista es super bueno. Al mismo tiempo, algo que también me gusta es que trabajar en esto es trabajar en un terreno fértil, donde no había nadie en un momento y como que pude hacer algo, pero también eso juega en contra porque nadie tiene muchas expectativas ni pone mucha atención a ese terreno y no hay como compararse, aunque yo tampoco soy ninguna maravilla; soy alguien que lo está haciendo más seriamente no más. Lo peor, es que ser chileno en esto no te ayuda mucho. O sea, para conseguir una entrevista o alguna entrada para algún desfile afuera cuesta muchísimo, les da lo mismo que sea el enviado de uno de los diarios más importantes de Latinoamérica. Y si logras entrar a un desfile de los más importantes, te tienes que quedar de pie. Entonces es super desmotivante.
En todos tus años de trayectoria, debes tener más de una anécdota que contar…
Hace como tres años me tocó que el tipo que dormía en la habitación contigua a la mía en Sao Paulo era Kenzo; ya estaba retirado de la moda, pero lo invitaron a exponer sus pinturas. Al principio, yo no sabía por qué en mi piso había tanto guardaespaldas pero después me enteré que era porque Kenzo estaba en él. En la noche se escuchaban unos ruidos rarísimos que venían de su habitación. Yo, por lo general, duermo con música, me pongo audífonos, así que no oía nada. Sonaba mi teléfono y era mi fotógrafa que estaba en la otra habitación contigua a la de Kenzo y me decía que se escuchaban gritos que venían desde su habitación, que parece que estaba haciendo el amor muy fuerte. Claro, me saqué los audífonos y el tipo gritaba como enajenado. Eso fue muy gracioso y al otro día todos los periodistas hablaban de eso.
¿Tienes algún referente al que admires?
Suzy Menkes, obvio. La samurai de la moda. ¡Que mujer más encantadora! La conocí en Nueva York y me encantaba verla en los desfiles, porque cuando terminaban salía corriendo al backstage altiro a tomar fotos, a entrevistar y todo el cuento; mientras la otras como la Anna Wintour se iban para otros lados. No había nadie que no quisiera a la Suzy Menkes.
¿Cuál es tu revista de moda favorita y por qué?
La Vogue Italia, porque me encantan las producciones que aparecen en ella; esa es mi favorita, pero también me gustan las ediciones británicas de Harper’s Bazaar y Vogue. Me gusta también Yo Dona
¿Crees que los medios tradicionales están un poco en crisis y le han cedido espacio a plataformas digitales como los blogs, por ejemplo?
Yo creo que esa es un fantasía del periodismo digital, al final nada puede competir con el olor del papel, la foto del papel y el encanto del papel. Me parece, además, que en los blogs no hay espacio para los análisis más largos y acabados que se hacen en las revistas
Pero a cambio de eso, los blogs ofrecen inmediatez e interactividad, ¿ no te parece?
Pero eso es sólo como “ring ring, yo pegué primero”, pero nada se compara al papel. Hay una campaña muy fuerte, sobretodo de parte de las revistas americanas, para dar a conocer al público que sus ventas no se han visto perjudicadas por la existencia de blogs, todo lo contrario, han aumentado. El blog sive para decir “¡ah, sí…que choro. Quiero saber más!” y cuando aparece en una revista un artículo largo sobre el tema, el que antes lo vio en el blog se lo devora ahora en la revista. Para mi, blogs y revistas son complementarios, no son competencia y pueden convivir juntos. Ahora, hay blogs y blogs. Ponle tu, todo el mundo se vuelve loco con Jack & Jil y a mi no me gusta, encuentro que es un chino loco no más. Hagámoslo un poquito más depurado.
¿Qué medios consideras que marcan tendencia en Chile y por qué?
Ninguno. Antes te creo, cuando no llegaban las revistas internacionales. Ahora está todo on line. Hay experimentos que me parecen buenos, como lo que fue Blank, por ejemplo; o como lo que hizo la revista Paula en algún momento con los desfiles de moda, que lo hacía Sebastián Utreras con la Nina Mackenna, que fue entrar al backstage de los desfiles. El resto de las revistas son como ¡ay, que fantástico! a todo, que juegan sólo a sorprender a la gente y lo que es peor, se nota que copian cosas de afuera y a mí no hay nada que me de más vergüenza que eso.
¿En términos de fotógrafos de moda, que te parece el mercado chileno?
Hay fotográfos jóvenes que tratan de aportar con algo, pero al final también me cargan porque….yo tengo un rollo con los fotógrafos jóvenes, fíjate. He visto su material en bruto y lo he visto después photoshopeado. A mi me encanta la fotografía y un buen trabajo tiene que verse bien desde el principio. El photoshop puede ayudar en los detalles, pero no puede terminar por cambiar todo el trabajo. Eso no es romanticismo, tampoco profesionalismo. Avedon no hacía eso. ¿Cuanto se demoró Avedon en hacer la foto de los elefantes? Mucho se debe haber demorado. Eso sí es pasión por el trabajo. Al final las fotos de funalito, con el otro funalito son iguales y hasta las modelos, como hay tan pocas, se empiezan a repetir. Igual me gusta la Javiera Eyzaguirre, encuentro que de esta generación la mejor es ella. ¡Quiero que vuelva la foto antigua, que por lo menos respeten el color del vestido!
¿Crees que las revistas de moda chilenas tienden a uniformarse? Por ejemplo, la revista Ya y la Mujer son bastante parecidas.
No, primero que todo, no existe en Chile ninguna revista de moda. Lo que hay son revistas femeninas que tocan la moda como lo hacen con muchos otros temas dentro de un amplio rango de contenido. Ahora, la “Mujer” nos ha copiado bastante a nosotros, por eso las similitudes, pero también han habido propuestas super innovadoras, como lo fue la Paula en algún momento. En términos de producción, me gusta lo que hacen Juanita Vial, Francisca von Hummel y Carola Lazo.
Me dijiste que en Chile no hay industria de la moda, ¿Por qué afirmas eso?
No hay un mercado de moda nacional, porque no hay industria textil en Chile . Lo que tu te encuentras acá son diseñadores jóvenes que compran las telas en Independencia, todos con los mismos estampados. A mediados de 2005, hubo una movida chora de diseñadores donde estaba la Francisca von Hummel, la chica de Amén , la Karina Latorre que hacían intervenciones en las telas, dándoles un valor agregado. Yo me quedo impresionado con los diseñadores jóvenes que cobran $400.000 por hacer un vestido, porque puede estar hecho muy a la medida y todo lo que quieras, pero la tela no es buena. Me pasa que veo diseños con una tela supuestamente exclusiva estampada en batik y después ves la misma tela en el forro o la entretela de otra prenda, cuando se suponía que estabas pagando por exclusividad. Eso no se hace.
Ahora, hay algunos diseñadores que están haciendo cosas interesantes. Me gusta harto Paulo Mendez, ojalá no se chacree y me gusta lo que están haciendo las chicas de Monjitas a la Moda.
Ah y yo creo que las multitiendas mataron la moda en Chile porque uniformaron todo y no respetan nada
Pero en USA hay Macy’s y nadie les ha atribuido la muerte de la moda a ellos…
Sí pero en USA la tendencia no la impone Macy’s o la multitienda que sea, aqui la tendencia la impone la multitienda. O sea, estoy esperando ver los jeans floreados en todas partes. Como que queman las cosas y los términos. “Napoleónico”, ponte tú, estuvieron como dos temporadas sacándole el jugo y después nadie los quiere usar ni escuchar.
¿A qué atribuyes lo exiguo del medio nacional?
Creo que las escuelas de diseño les enseñan a sus alumnos a ser vanguardistas, sin enseñarles a coser primero. Un diseñador joven muy probablemente pueda hacer su diseño en una sola talla y no pueda repetir el mismo diseño en una talla diferente; saben bien poco de moldaje.
¿Qué crees que le hace falta al diseño local para alcanzar cierta notoriedad, por lo menos a nivel latinoamericano?
Le falta una propuesta propia, como sí la tienen los brasileños, por ejemplo o los argentinos que sin ser ninguna maravilla tienen muy buen marketing, tienen la campaña antes de lanzar el producto. Falta también originalidad, falta que los diseñadores no se copien entre ellos, les falta ser honestos.