El Surrealismo en el vestuario de los años 20

El Surrealismo en el vestuario de los años 20
Elsa Schiaparelli fue una de las creadoras más notables de los años treinta que París descubrió cuando, recién llegada a la ciudad, presenta su primera colección en los modestos salones de su departamento del número 20 de la Rue de l´Université. Nacida en Roma en 1890 y después de vivir su juventud en Estados Unidos, se traslada en 1920 a la capital francesa donde conoce a Paul Poiret, quien genera su interés por el vestuario. Cuenta el mito que el primer acercamiento entre ellos fue cuando Elsa asistió a un desfile de Poiret, en el que fue sorprendida por él probándose un abrigo de terciopelo negro y forro de seda azul. “¿Por qué no se lo compra?”, preguntó. Ella le respondió que no podía permitírselo y, además, que no tendría oportunidad de lucirlo. Poiret le dijo: “Una mujer como usted puede llevar cualquier cosa en cualquier ocasión. Y deje de preocuparse por el dinero”. Aquel fue el primer regalo que Poiret le hizo.
Abre su primera tienda en 1927, llamada “Pour le Sport” (Para el Deporte) donde expone jerseys tejidos de mangas a rayas en blanco y negro, con un gran lazo blanco tricotado con apariencia de mariposa: en un comienzo quería vestir a la mujer moderna con prendas sueltas y funcionales combinables entre sí. Los almacenes americanos Strauss, al ver aquellas elegantes prendas, encargaron cuarenta unidades y la revista Vogue las incluyó en sus publicaciones. Meses más tarde, Elsa Schiaparelli vuelve a arremeter con sus diseños en sweaters, pero esta vez con motivos modernistas: rascacielos y nudos al frente. El indiscutible éxito le permite abrir su primera boutique en plena Rue de la Paix, dirección vecina a la Place Vendome donde más tarde se instalaría Coco Chanel.
Posteriormente se trasladaría a la Place Vendome donde abriría en el número 21, su tienda de alta costura: hasta aquel sitio llegarían la Duquesa de Windsor o Greta Garbo para que las revistiera. Su atelier había sido armado con piezas firmadas por Diego Giacometti, el escultor de origen italiano con quien Elsa mantenía gran amistad. Sus vestimentas sport y sus trajes de calle y de noche harían furor entre las mujeres elegantes de la capital francesa. Prontamente, Elsa Schiaparelli, ocuparía un importante lugar en la moda de París gracias a la exhuberancia de su expresividad y su proximidad al surrealismo, materia que compartía siendo amiga de Jean Cocteau, Salvador Dalí, Marcel Vertes, Tristan Tzara, Francis Picabia y de Man Ray, entre otros, cuyo espíritu influyó totalmente en sus creaciones. La crítica elogiaba fuertemente su originalidad y el uso de los principios surrealistas: el zapato sombrero, los guantes con uñas incorporadas, el vestido “andrajoso” o el bolso de terciopelo negro con forma de teléfono (Tanto en el vestido “andrajoso” como en el bolso-teléfono, Dalí colaboró). Cabe destacar que ella fue la primera en utilizar hombreras, las telas estampadas de animales (animal print), y las cremalleras. También se dedicó a la perfumería, donde su obra maestra “Shocking” es más famoso por el diseño de su envase, que por la fragancia: una caja en un fuerte color rosado con la botella en forma de torso de mujer, basada en el cuerpo curvilíneo de una de sus clientas, la actriz de cine Mae West.
Elsa Schiaparelli falleció en 1973 en su casa de la Rue de Berri en Paris, después de vivir el último tiempo solo de las ganancias de los perfumes, pues post guerra sus diseños (lamentablemente) no fueron bien recibidos. Rupturista e innovadora, esta mujer giró el modo del diseño de vestuario hacia la extravagancia extrema basada en el modo del surrealismo, sin importar el que no supiera coser ni dibujar, solo a través de la fuerza de las ideas y la maestría en su traspaso.
Para terminar, he aquí un obsequio para quienes nos leen: indagando en la web fueron hallados estos papers dolls con algunos de los diseños de Elsa Schiaparelli. Sin duda, un deleite coleccionable.
*Parte de la información aquí expuesta fue extraída del libro de Charlotte Seeiling “MODA – El siglo de los diseñadores”, Editorial Könemann.

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