La serie “How I met your mother” le devolvió la popularidad al actor reconocido por su rol de Doogie Howser, Neil Patrick Harris. Como el mujeriego Barney Stinson, se consagró en un masculino y liviano papel que nada tiene que ver con su desafío actual: encarnar a Hedwig en la famosa obra de Broadway “Hedwig and the Angry Inch” que se estrenó este año, antecedida de otra en Off-Broadway (1998). Pero la obra también viene de la mano de la popular película del 2001, donde el mismo creador del personaje y la historia, John Cameron Mitchell, interpretó con genialidad al andrógino personaje principal.
Una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre, que buscó concretar su cambio de sexo sin mucha suerte pero que también vive atormentada por un ex amante que robó sus canciones y se hizo famoso. Así se ve a Hedwig a lo largo de la cinta, la que recorre una historia de amargos episodios al son de melodías famosas que ya tienen a la película como una verdadera opera rock al estilo de “Tommy” (1975) de The Who. Hedwig es extravagante, llamativo en estilo y maquillaje, influenciado fuertemente por David Bowie y el glam, pero además vive contando su historia al público: nació en Alemania, se enamoró de un soldado norteamericano con quien se casaría, pero su fallida cirugía de cambio de sexo lo dejó solo en Norteamérica. Y allí es cuando conoce al personaje de Michael Pitt, quien se transformaría en su amante y el cantante famoso llamado Tommy Gnosis.
La historia de Hedwig and the Angry Inch se ha mantenido como una de las películas de culto de la década del 2000. Además de su trama, la estética del film se centra en aquellos años en que lo andrógino se expresaba con ropa femenina, maquillaje y canciones rockeras. Por eso evoca los años ’70 y además, toda una corriente que permanece como base de muchos artistas posteriores.